SCRIPTURAE PRIMUM ET SOLUM
French: https://yomelijah.com/433839398/440377569
English: https://yomelyah.com/436586396/440385831
Portuguese: https://yomelias.com/436561940/440388929
“Después de estas cosas vi, y, ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas. (…) Estos son los que salen de la gran tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo”
(Revelación 7:9-17)
Los hijos de Leví y la gran muchedumbre
En el paraíso terrestre habrá levitas que estarán en el cargo en el templo espiritual de Jehová (Apocalipsis 7: 9-17). Antes de saber con mucha precisión, sobre la base de la Biblia lo que harán, vamos a ver quienes eran los levitas en el antiguo Israel. Leví fue uno de los hijos de Jacob, quien más tarde se convertiría en una de las doce tribus de Israel (Génesis 29:34 (hijos de Jacob), Números 1:49 (tribu de Leví)). Sin embargo, Leví hijo de Jacob y más tarde la tribu, no heredaron un territorio según las palabras proféticas de su padre, Jacob en su lecho de muerte (Génesis 49: 5-7 "Permítaseme distribuirlos en Jacob, y permítaseme esparcirlos en Israel". Leví fue sancionado por Dios debido a su comportamiento violento (Génesis 34:25)).
Esta sanción fue aplicada unos siglos después. ¿Cómo? En la primera Pascua, lo que llevaría al éxodo de los hijos de Israel de Egipto, el ángel destructor mató a los primogénitos de Egipto (Éxodo 11: 4-8). Los israelitas primogénitos fueron salvados gracias a la sangre del cordero aplicada en las jambas de las puertas: el ángel destructor pasó por encima de aquellas casas, sin matar a los primogénitos (Éxodo 12: 22,23). Sin embargo, esta salvación sobre la base de la sangre del cordero pascual tuvo un precio a cambio: de ahí en adelante todos los primogénitos en Israel que habían sido "redimidos" y mantenidos vivos, gracias a la sangre del cordero, pertenecían de manera permanente a Jehová (en cambio del precio del rescate). "Porque todo primogénito es mío. El día en que herí a todo primogénito en la tierra de Egipto santifiqué para mí a todo primogénito de Israel, desde hombre hasta bestia. Deben llegar a ser míos. Yo soy Jehová" (Números 3:13).
Esto significaba, en términos concretos, que cada varón primogénito en Israel habría sido requisado permanentemente para rendir un servicio sagrado en el templo. Sin embargo, respetando su justicia, Jehová simplificó este requisito al requisar unicamente una tribu, en su totalidad. Jehová Dios escogió a la tribu de Leví: "En cuanto a mí, ¡mira!, de veras tomo a los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel que abren la matriz; y los levitas tienen que llegar a ser míos" (Números 3:12).
Los sobrevivientes de la Gran Tribulación, la Gran Muchedumbre, serán los Levitas del paraíso terrestre
En la noche en que el ángel pasaba por encima de las casas que tenían la sangre del Cordero, la jamba de la puerta, así la profecía de Ezequiel menciona simbólicamente este acto: "Y el sacerdote tiene que tomar parte de la sangre de la ofrenda por el pecado y ponerla sobre la jamba de la puerta de la Casa y sobre las cuatro esquinas de la parte saliente circundante que pertenece al altar y sobre la jamba de la puerta de la entrada del patio interior" (Ezequiel 45:19). Aquella expiación se hace el 1 de Nisán. Esto demuestra que, desde el punto de vista de Jehová Dios y Jesucristo, la Gran Muchedumbre tendrá la condición de primogénito de toda la humanidad justa que será resucitada.
De hecho, según Revelación 7:9-17 y Ezequiel 40-48, la Gran Muchedumbre tendrá el estatuto de "levita" o miembro de la "Casa" o Templo que servirá a Dios en el Templo con un servicio sagrado día y noche. Y, por lo tanto, cualquier pecado cometido por una persona resucitada que no existe legalmente recaerá automáticamente sobre la humanidad legalmente existente, los miembros del Templo o la "Casa". Una expiación anual, basada en la Sangre de Cristo, se hará para todos los "errores" o pecados cometidos por los inexpertos, en el séptimo mes, es decir, cada 10 de Tisri: " De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos" (Revelación 7: 14,15).
¿Cuál es la diferencia entre un levita y un sacerdote?
Es interesante notar que Jesús, en su ilustración del buen samaritano hizo la diferencia entre un "levita" y un "sacerdote" (Lucas 10: 31-32 "por casualidad, cierto sacerdote bajaba por aquel camino (...) Así mismo, un levita también"). De manera simple, se puede decir que todos los sacerdotes eran levitas, pero no todos los levitas eran sacerdotes. La tribu de Leví consistía en tres grandes familias de los tres hijos de Leví (Génesis 46:11 "Guersón, Qohat y Merarí"). En la familia de Qohat, Jehová, escogió solo a una familia o una "casa" para ser la línea sacerdotal de Israel: la casa de Aarón (un Qohatita): "Y en cuanto a ti, haz que se te acerque Aarón tu hermano, y sus hijos con él, de en medio de los hijos de Israel, para que él me haga trabajo de sacerdote, Aarón, Nadab y Abihú, Eleazar e Itamar, los hijos de Aarón" (Éxodo 28: 1).
La diferencia es fácil de entender, la tribu de Levi en su conjunto no era sacerdotal, pero solo una pequeña parte de esta tribu, la casa de Aarón y sus hijos eran parte del sacerdocio levítico (Hebreos 7: 11 "sacerdocio levítico"). Y para entender mejor la diferencia, Jehová Dios había dado por decreto, a toda la tribu de Leví para la "casa" de Aarón y sus hijos (los sacerdotes), como siervos de ellos: "Haz que se acerque la tribu de Leví, y tienes que hacer que estén de pie delante de Aarón el sacerdote, y tienen que ministrarle" (Números 3: 6). Como está escrito bajo la inspiración, dichas disposiciones divinas tendrían un cumplimiento en el futuro: "Porque, puesto que la Ley tiene una sombra de las buenas cosas por venir, pero no la sustancia misma de las cosas" (Hebreos 10 : 1). Y la profecía de Ezequiel 40-48 confirma esto al mencionar la existencia futura de una clase sacerdotal, los hijos de Zadoc, servidos por futuros hijos de Leví. ¿Quiénes serán? Es el libro de Apocalipsis el que responde claramente a esta pregunta con la visión de la gran muchedumbre que sobrevivirá a la gran tribulación:
"Después de estas cosas vi, y, ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas. (…) Estos son los que salen de la gran tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo" (Apocalipsis (Revelación) 7: 9-17).
¿Quiénes servían en el templo por un servicio sagrado? Los sacerdotes y los levitas: La gran muchedumbre será el grupo de los hijos de Levi (levitas no sacerdotales), que servirán a los "hijos de Sadoc" (levitas sacerdotales) (Números 3: 5-10). Aquellos "hijos de Leví" deben su salvación a través de la "sangre del Cordero", Jesucristo. Como un grupo "primogénito" de la futura humanidad en el paraíso terrestre, Jehová los usará en el templo espiritual para el servicio sagrado.
Levitas no sacerdotales
“Pero en cuanto a los levitas que se alejaron de mí cuando Israel, quien se alejó vagando de mí, se fue vagando tras sus ídolos estercolizos, ellos también tienen que llevar su error”
(Ezequiel 44:10)
La pregunta lógica es ¿por qué, en Ezequiel 44:10, Jehová Dios menciona la infidelidad espiritual de los levitas, mientras que los hizo sobrevivir a la Gran Tribulación? La respuesta está en la profecía de Zacarías 13: 8: "Y en toda la tierra tiene que ocurrir —es la expresión de Jehová— [que] dos partes de ella son lo que será cortado [y] expirará; y en cuanto a la tercera [parte], quedará en ella". En el contexto del Día de Jehová, la gran tribulación, Jehová anuncia que tendrá misericordia de un tercera parte de la humanidad, en cumplimiento de Éxodo 33:19: "ciertamente favoreceré al que favorezca, y ciertamente mostraré misericordia al que le muestre misericordia". Por lo tanto, es obvio que los reproches de Jehová Dios a una gran parte de la gran muchedumbre, como los "hijos de Leví" (que representarán una parte importante de la humanidad actual), serán plenamente justificados: "Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a todos los que queden de todas las naciones que vienen contra Jerusalén, ellos también tendrán que subir de año en año a inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de las cabañas" (Zacarías 14:16).
Este texto muestra sin lugar a dudas que Jehová, al final de la gran tribulación, habrá perdonado a una parte importante de la humanidad que simbólicamente "subía contra Jerusalén" o que no era parte de la ciudad santa (inicialmente). Por otro lado, en la profecía de Ezequiel, capítulos 40 al 48, podemos leer lo que Jehová reprocha a los levitas, una parte importante de la gran muchedumbre que habrá sobrevivido a la gran tribulación: "‘Pero en cuanto a los levitas que se alejaron de mí cuando Israel, quien se alejó vagando de mí, se fue vagando tras sus ídolos estercolizos, ellos también tienen que llevar su error. Y en mi santuario tienen que llegar a ser ministros en posiciones de superintendencia sobre las puertas de la Casa y ministros en la Casa. Ellos mismos degollarán el holocausto y el sacrificio para el pueblo, y ellos mismos estarán de pie delante de ellos para ministrarles. Debido a que siguieron ministrándoles a ellos delante de sus ídolos estercolizos y llegaron a ser para la casa de Israel un tropiezo que llevó al error, por eso he alzado mi mano contra ellos —es la expresión del Señor Soberano Jehová— y tienen que llevar su error. Y no se acercarán a mí para hacerme trabajo de sacerdotes ni para acercarse a cualesquiera cosas santas mías, a las cosas santísimas, y tienen que llevar su humillación y sus cosas detestables que hicieron. Y ciertamente los haré cuidadores de la obligación de la Casa, en lo que respecta a todo su servicio y en lo que respecta a todo lo que se debe hacer en ella’" (Ezequiel 44:10-14).
Parece que hay una convergencia entre este texto de Ezequiel y Zacarías 14:16, que menciona a personas que habrán sobrevivido a la gran tribulación cuando subieron "contra Jerusalén" y los levitas que sirvían "sus ídolos estercolizos". Jesucristo hizo una declaración bastante importante que muestra que el pecado por error (o involuntario) no siempre conlleva a la muerte espiritual: "Jesús les dijo: “Si fueran ciegos, no tendrían pecado. Pero ahora ustedes dicen: ‘Vemos’. Su pecado permanece”” (Juan 9:41). En este texto Jesucristo habla de una ceguera espiritual involuntaria que no es considerado como pecado (merecedor de castigo). Muchas personas hoy en día están en ceguera espiritual involuntaria, según este texto, y podrían beneficiarse de la misericordia de Dios en el día de la gran tribulación.
Es interesante notar siempre según esta misma profecía de Ezequiel cómo se describe a los Hijos de Sadoc, en contraste a los levitas no sacerdotales: "Y en cuanto a los sacerdotes levíticos, los hijos de Sadoc, quienes se encargaron de la obligación de mi santuario cuando los hijos de Israel se alejaron vagando de mí, ellos mismos se acercarán a mí para ministrarme, y ellos tienen que estar de pie delante de mí para presentarme grasa y la sangre —es la expresión del Señor Soberano Jehová—. Ellos son los que entrarán en mi santuario, y ellos mismos se acercarán a mi mesa a ministrarme, y ellos tienen que encargarse de la obligación para conmigo” (Ezequiel 44:15,16). Obviamente, los Hijos de Sadoc que podrán acercarse de Jehova, como sacerdotes en el santuario espiritual, serán cristianos fieles y discretos, que habrán cumplido bien con su ministerio cristiano en el antiguo sistema de cosas, "cuando los hijos de Israel se alejaron vagando" lejos de Dios, y habrán sobrevivido a la gran tribulación (Mateo 24:45,46; 25:21,22).
Este entendimiento, a primera vista, parece contradecir la visión de la gran muchedumbre que sobrevive a la gran tribulación y que en su totalidad manifiestan su fe en el valor expiatorio del sacrificio de Cristo (Apocalipsis 7:9,14). Esta diferencia se resuelve fácilmente mediante una información importante que se da en la profecía de Zacarías, con respecto a esta tercera parte que va a sobrevivir. Está escrito: "Y ciertamente traeré la tercera [parte] por el fuego; y realmente los refinaré como al refinar la plata, y los examinaré como al examinar el oro. Ella, por su parte, invocará mi nombre, y yo, por mi parte, le responderé. Ciertamente diré: ‘Es mi pueblo’, y ella, a su vez, dirá: ‘Jehová es mi Dios’” (Zacarías 13:9; Malaquías 3:2-4). ¿Cuándo debe tener lugar este refinamiento esencial del pueblo de Dios, para que pueda seguir viviendo en el paraíso? Según la profecía de Zacarías y Apocalipsis (11:19), el día de Jehová será el 10 de Etanim (Tisri). Según la profecía de Ezequiel 39:12-14, habrá una limpieza de la tierra de siete meses, desde el 10 de Tisri (Etanim) hasta el 10 de Nisán (con el mes intercalar de Veadar), por lo que parece obvio que es en este período que Jehová "refinará a su pueblo" con el fin de prepararlo para la venida a la tierra de la Nueva Jerusalén, el 10 de Nisán, después de la gran tribulación.
En Ezequiel 40:1,2, es en la fecha del 10 de Nisán que el profeta vio la visión de la ciudad con el templo en la tierra, que es una visión del comienzo de la administración terrestre del Reino de Dios. Esta visión corresponde a la descripción del descenso de la Nueva Jerusalén a la Tierra, el 10 de Nisán (Apocalipsis 21:1-4). Podemos decir que la visión de Apocalipsis 7:9,14, de la gran muchedumbre que va a sobrevivir a la gran tribulación, está en la fecha del 10 de Nisán, en comparación con el texto de Juan 12:12-16: "Al día siguiente la gran muchedumbre que había venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, 13 tomaron ramas de palmeras y salieron a su encuentro. Y se pusieron a gritar: “¡Salva, te rogamos! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová, sí, el rey de Israel!”". Si comparamos este texto con Apocalipsis 7:9, la similitud es sorprendente. ¿Cuál es la evidencia de que demuestra que en Juan 12:12-16, Jesucristo realmente entró como rey a Jerusalén, el 10 de Nisán? Un texto que describe el mismo acontecimiento, nos informa que inmediatamente después, Jesucristo expulsó del templo a los comerciantes que vendían animales para la Pascua (Mateo 21:10,11). ¿Cuándo los israelitas tenían que comprar el cordero de la Pascua? El 10 de Nisán: "Hablen a toda la asamblea de Israel, y digan: ‘El día diez de este mes han de tomar para sí cada cual una oveja para la casa ancestral, una oveja por casa" (Éxodo 12:3).
La descripción del juicio del Rey Jesucristo en Mateo 7:21-23 y 25:31-46 se dirige principalmente a la congregación cristiana, porque en los dos pasajes indicados, las personas que tienen un juicio de condenación parecen conocer a Jesucristo (Mateo 7:22; 25:44). El criterio general para juzgar a toda la humanidad, cristiana y no cristiana, parece resumirse en las palabras de Jehová en Ezequiel 9:4: "Y Jehová pasó a decirle: “Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y tienes que poner una marca en las frentes de los hombres que están suspirando y gimiendo por todas las cosas detestables que se están haciendo en medio de ella”" (Comparar con Santiago 4:4). Por otra parte, esta destrucción y preservación selectiva, de toda la humanidad, también la describe Jesucristo: "Entonces dos hombres estarán en el campo: uno será llevado, y el otro será abandonado; dos mujeres estarán moliendo en el molino de mano: una será llevada, y la otra será abandonada" (Mateo 24:40,41) (O uno de cada dos sobrevivirá (repetido dos veces por Jesucristo)).
Serán glorificados
“Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni tendrán más sed, ni los batirá el sol ni ningún calor abrasador, porque el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos”
(Revelación 7:15-17)
Asistentes de los hijos de Zadoc
“Y en mi santuario tienen que llegar a ser ministros en posiciones de superintendencia sobre las puertas de la Casa y ministros en la Casa. Ellos mismos degollarán el holocausto y el sacrificio para el pueblo, y ellos mismos estarán de pie delante de ellos para ministrarles”
(Ezequiel 44:11)
Los sacrificios espirituales representan el ministerio de la Palabra de los sacerdotes, hijos de Sadoc: "Mediante él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre" (Hebreos 13:15, Oseas 14:2 "ofreceremos en cambio los toros jóvenes de nuestros labios", Hechos 6:4 "ministerio de la palabra"). Los hijos de Levi "sacrificarán delante del pueblo", es decir, lo instruirán en los patios terrestres exteriores del templo (en todas las naciones). Explicarán, especialmente a todas las personas resucitadas (justas e injustas), las leyes de Dios escritas en los nuevos rollos (Nehemías 8:7; Apocalipsis 20:12,13). Ellos serán los "pescadores" (predicadores y maestros) de "peces" (los resucitados), organizados en "redes barrederas", en redes humanas organizadas. Sin embargo, a diferencia de los hijos de Sadoc, los hijos de Leví no enseñarán, ni rezarán y ni serán jueces en el Templo Santuario (Ezequiel 44: 13 "Y no se acercarán a mí para hacerme trabajo de sacerdotes ni para acercarse a cualesquiera cosas santas mías, a las cosas santísimas"). Los hijos de Leví serán mayordomos de la Casa o administradores del Templo.
"Y tiene que ocurrir que realmente habrá pescadores de pie a lo largo de él desde En-guedí aun hasta En-eglaim. Llegará a haber un secadero para redes barrederas. En sus géneros sus peces resultarán ser, como los peces del mar Grande, muchísimos" (Ezequiel 47:10).
El "secadero para redes barrederas" obviamente representa territorio de residencia de los sacerdotes, los hijos de Sadoc y sus asistentes, los hijos de Levi (la gran muchedumbre), donde estarán el templo y su territorio (Ezequiel 45: 1-5). Habrá, por supuesto, muchas réplicas por toda la tierra de aquellos "secaderos de redes barrederas", lugares de residencias de las futuras redes humanas de maestros (Los hijos de Sadoc y los Levitas), porque la descripción profética de Ezequiel (40-48) es un modelo administrativo (o prototipo) de lo que se aplicará por toda la tierra.