SCRIPTURAE PRIMUM ET SOLUM
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EL SACRIFICIO DE CRISTO QUE SALVA A LA HUMANIDAD OBEDIENTE
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna”
(Juan 3:16)
El sacrificio de Cristo tiene un valor de Expiación que permite el perdón de Dios de nuestra estado de pecador (con la sangre de Cristo) y un valor de Rescate que permite mantener en vida al pecador perdonado (con el cuerpo de Cristo). La Ley mosaica hace bien la diferencia entre estos dos valores, que parecen muy parecidos, pero que no lo son. Es importante entender el significado profético y enigmático de los diferentes sacrificios, bajo la Ley con relación a estos dos valores (Hebreos 10:1).
Para ello, estudiaremos lo que es la expiación que quita el pecado, con relación al perdón de Dios que conduce a la vida y la expiación que quita el pecado con relación a la destrucción que conduce a la muerte del pecador (Romanos 5:12 ; 6:23). Esta comprensión le ayudará a entender por qué la gran tribulación está estrechamente relacionada con la expiación que quita el pecado de la humanidad, que lleva al perdón de Dios (sobre el valor de expiación de la sangre del Cristo) y una expiación que conducirá a la muerte (con la sangre del pecador (sin el perdón de Dios)) o destrucción. Por fin, se estudiará los sacrificios quemados de la Ley que significaban el Rescate, la vida.
La Expiación que lleva al Perdón de Dios y la Expiación que lleva a la Destrucción
La idea clave es que la Expiación está estrechamente relacionada con la SANTIDAD DE JEHOVÁ. Es una necesidad absoluta e impersonal (sin sentimiento). La palabra hebrea y bíblica traducida al castellano (español), Expiación, es “kippur” (transcripción de las letras hebreas) (H3725 Strong’s Concordance), cuyo significado es "cubrir", que viene de la palabra "kaphar" (H3722 de la Strong’s Concordance). La palabra hebrea para perdón es “calach” (transcripción de las letras hebreas) (H5545 Strong’s Concordance). Por lo tanto, si la expiación está estrechamente relacionada con el perdón divino, estos dos conceptos siguen siendo fundamentalmente diferentes.
La Expiación no es el Perdón
El gran error es pensar que la expiación es sinónima de perdón. Concretamente, la expiación es la absoluta necesidad de santidad al hacer desaparecer el pecado, una destrucción que conduce a la muerte y que "cubre" o "borra" el pecado (con el pecador). Mientras que el perdón divino, es el mantener con vida el ser humano pecador (condición heredada de Adán), respetando la necesidad absoluta de expiación, sobre la base del sacrificio de Cristo (valor expiatorio (sangre), que condujo Jesucristo a la muerte).
Es por esto que nuestros pecados son perdonados sobre la base del valor expiatorio de la sangre de Cristo, derramada (una vez para siempre, el 14 de Nisán, 33 E.C. (y no sobre el valor de rescate (o intercambio) del sacrificio de Cristo)).
* Por ejemplo para los judíos de religión judaica, el Día de Expiación, el 10 de TISHRI, que se llama en hebreo "YOM KIPPUR" (YOM = Día) + (KIPPUR=Expiación), también se le llama EL GRAN PERDÓN. Lo que es CIERTO y lo que es FALSO.
ES
CIERTO: Habrá el Gran Perdón de Dios
ES CIERTO para el macho cabrío para Azazel (Explicaciones detalladas del Día de Expiación), porque es portador de los pecados confesados de Israel y enviado en el desierto, lejos de la mirada de Dios, siendo el símbolo del gran perdón de Dios, y sobrevive : “Pero el macho cabrío sobre el cual haya venido a dar la suerte para Azazel debe tenerse parado vivo delante de Jehová para hacer expiación por él, a fin de enviarlo para Azazel al desierto. (…) Y Aarón tiene que poner ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo y confesar sobre él todos los errores de los hijos de Israel y todas sus sublevaciones en todos sus pecados, y tiene que ponerlos sobre la cabeza del macho cabrío y enviarlo al desierto por mano de un hombre preparado para ello. Y el macho cabrío tiene que llevar sobre sí todos los errores de ellos a una tierra desierta, y él tiene que enviar el macho cabrío al desierto” (Levítico 16:10,21,22 comparar con Salmos 103:12).
Volviendo a la Gran Tribulación, es CIERTO que el 10 de TISRI, habrá EL GRAN PERDÓN DE DIOS, de una parte de la humanidad que vive actualmente y que sobrevivirá a este momento dramático. Sin embargo, este GRAN PERDÓN DE DIOS se hará sobre la base de un EXPIACIÓN (hecha el 14 de Nisán de 33 E.C. (una vez para siempre)): EL MÉRITO EXPIATORIO DE LA SANGRE DE CRISTO: “Después de estas cosas vi, y, ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos. Y siguen clamando con voz fuerte, y dicen: “La salvación [se la debemos] a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero”. (…) Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son, y de dónde vinieron?”. De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” (Revelación 7:9,10,13,14).
ES
FALSO: No habrá el Perdón de Dios
ES FALSO para el macho cabrío del sacrificio EXPIATORIO a favor del macho cabrío para Azazel (Explicaciones detalladas del Día de Expiación). Para entender, hay que leer Hebreos 9:22: "Sí, casi todas las cosas son limpiadas con sangre según la Ley, y a menos que se derrame sangre no se efectúa ningún perdón”. Es interesante notar que las palabras inspiradas del apóstol Pablo encajan en el marco general de su explicación del significado profético del Día de Expiación.
Volviendo a la Gran Tribulación, es Falso que el 10 de TISRI, habrá un gran perdón particularmente para la parte de la humanidad víctima de la Gran Tribulación (Apocalipsis (Revelación) 14: 18-20; 19: 11-21). Así, como lo escribió, bajo inspiración, el Apóstol Pablo en Hebreos 9:22, si el perdón divino depende de la necesidad absoluta de expiación (por el derramamiento de la Sangre de Cristo el 14 Nisán 33, "una vez para siempre" (Hebreos 9: 25,26)), el contrario no es cierto. Es decir que no hay ninguna reciprocidad de este axioma espiritual:
Si el perdón de Dios no puede lograrse sin la expiación (por la sangre de Cristo), la expiación (derramamiento de sangre), no necesita de la voluntad divina de perdón porque está relacionada con su Santidad que es una necesidad absoluta impersonal (sin sentimiento). Por lo tanto, si la expiación es una necesidad impersonal de Santidad (sin sentimiento) por medio de quitar el pecado, el perdón (o no) es un acto personal (con sentimiento) de Dios, basado en el amor de Dios (en caso de perdón) (Juan 3:16). El perdón de Dios no es automático, pero depende de la manifestación de fe en el sacrificio de Cristo, de la persona perdonada por Dios: “El que ejerce fe en el Hijo tiene vida eterna; el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él” (Juan 3:36).
La Expiación sin perdón de Dios es ni más ni menos que una destrucción difinitiva de la persona de quien la sangre queda sobre su cabeza (sin la misericordia de Dios): “David entonces le dijo: “Esté la culpa de sangre por ti sobre tu propia cabeza, porque tu propia boca ha testificado contra ti, diciendo: ‘Yo mismo definitivamente di muerte al ungido de Jehová’” (2 Samuel 1:16; Josué 2:19; 1 Reyes 2: 32,33,37; Ezequiel 33:4; Hechos 18:6). La expresión “culpa de sangre sobre ti”, significa que la sangre de la propia persona hace expiación sobre su propia cabeza (la muerte), y hay expiación (se borra el pecado de la persona por su propia muerte) sin el Perdón Divino.
* “Cuando [los hombres] estén diciendo: “¡Paz y seguridad!”, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera” (1 Tesalonicenses 5:3): El 10 de Tisri, algunos dirán “¡Paz y seguridad!”, pensando en el Perdón de Dios, sin manifestar fe en el valor propiciatorio del Sacrificio de Cristo, con el resultado de la destrucción en la Gran Tribulación (Ver Grito Paz y Seguridad)
Sucede lo mismo, entre el sentido de la palabra Rescate y el sentido de la palabra Expiación: Se confunden. ¿Por qué? Porque son valores muy entretejidos y complementarios. Del mismo modo, si la expiación (Sobre la base de la Sangre de Cristo) resulta, al fin y al cabo, en el rescate dependiendo de la expiación (el contrario no es cierto, la expiación no depende del rescate), lo cierto es que son dos valores distintos. La expiación permite el Perdón de Dios sobre la base de la Sangre de Cristo, lo que permite, al mismo tiempo, que la persona, en condición pecaminosa, pueda seguir viviendo (sobre el valor Expiación que lleva al Rescate). El valor efectivo de Rescate resultará en un cambio de cuerpo, por la resurrección (celestial (144000) o terrestre), por la Curación y Rejuvenecimiento del cuerpo de aquellos que sobrevivan la Gran Tribulación (Ver diaporama en su parte final, que ilustra el valor Rescate efectivo aplicado en el paraíso):
“Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado” (Revelación 21:3,4; Isaías 35:5,6; Juan 5:28,29; Hechos 24:15).