La profecía de Daniel

"Seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea!, con las nubes de los cielos sucedía que venía alguien como un hijo del hombre; y al Anciano de Días obtuvo acceso, y lo presentaron cerca, aun delante, de Aquel. Y a él fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvieran aun a él. Su gobernación es una gobernación de duración indefinida que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas"

(Daniel 7:13,14)

SINOPSIS DEL ARTÍCULO DE ESTUDIO DE LA PROFECÍA DE DANIEL

La sinopsis permite al lector dirigirse directamente a la parte del artículo que talvez pueda más interesarle, desplazándose hacia abajo la página, hasta el número del tema indicado

1 - Introducción: la profecía de Daniel anuncia la victoria de la soberanía de Jehová: El tema central del libro profético de Daniel es la restauración de la soberanía de Jehová Dios en la tierra, por medio del reino de Dios, cuya realeza ha sido confiada al "hijo del hombre", Jesucristo (Mateo 25:31-46).

2 - La sucesión de potencias mundiales en la profecía de Daniel: La estatua de cuatro metales: Babilonia, el Imperio Medopersa, Griego y Romano. Es obvio que ha habido muchos otros imperios mundiales. Sin embargo, aquellos cuatro imperios han tenido una conexión directa con el relato profético del libro de Daniel e incluso hasta el día de hoy, con respecto a la última potencia mundial.

3 - El hierro debilitado por el barro modeado: El hierro simboliza la expresión del poder del Imperio Romano, y su extensión a nuestra época, mediante armas de hierro. Actualmente, las acciones de los gobiernos de hierro, se ven obstaculizadas en gran medida por "el barro moldeado" humano.

4 - La bestia salvaje con largos dientes de hierro y con diez cuernos: Respecto a esta cuarta bestia salvaje, el Imperio Romano, que lleva los diez cuernos en su espalda (toda la soberanía mundial (diez cuernos)), expresa exactamente la misma idea que la visión de la estatua de cuatro metales, en su parte baja (piernas, pies y dedos de los pies): el poder romano continuaría hasta el día de hoy.

5 - Los tres cuernos arrancados y reemplazados por un cuerno arrogante: Los Estados Unidos de América expulsaron gradualmente a las tres potencias coloniales, que de hecho representan la cuna de esta nación de origen "grecorromano": España (asociada a Holanda y Portugal (que colonizará una parte importante de América del Sur (Brasil) con España)), Francia e Inglaterra.

6 - El último rey con rostro expresiones de muecas y una actitud arrogante: La visión profética anuncia un acontecimiento que se cumple 2.500 años más tarde, en nuestros tiempos, poco antes de la gran tribulación: la aparición del último rey, de la última potencia mundial (EL ÚLTIMO REY).

7 - El conflicto entre el rey del norte y el rey del sur, terminará en la gran tribulación:  La particularidad de este conflicto, con repercusión mundial, es que se centra exclusivamente en la tierra de la Decoración, Israel, que actualmente es el epicentro de acontecimientos dramáticos que desembocarán, dentro muy poco, a la gran tribulación (Daniel 11:41- 45 y 12:1) (LOS DOS REYES).

8 - La profecía de la venida del Mesías el Líder y el fin del pacto de la Ley: La profecía de las setenta semanas de años: Añadiendo, los 483 años empezando con el año, 455 AEC, llegamos, en el otoño del año 29 de nuestra era, cuando Cristo fue bautizado en el Jordán, por Juan el Bautista (Mateo 3:13-17). 

9 - El Rey Jesucristo ha sido entronizado en los cielos, en octubre de 1914: Daniel 4: ¿Cómo se obtiene la fecha del 15 de Tisri o el 2/3 de octubre de 1914?

10 - Los santos en la tierra son, por última vez, severamente perseguidos y luego heredarán el reino eternamente: Las profecías de 1260, 1290, 1335 días y 2300 tardes y mañanas: Es lógico pensar que las profecías de los 1260, 1290, 1335 días y 2300 tardes y mañanas, tienen que ver con el fin de este sistema de cosas, en la gran tribulación (Daniel 12:1).

11 - Cálculo de 1260, 1290 y 1335 días: 25 de Tebet (...) (Bíblico) - 10 Tisri (...): 1335 días (...): El cálculo se hará a partir del calendario bíblico (judío), con los nombres bíblicos de los meses correspondientes. Luego, en cada paso importante del cálculo, las fechas del calendario lunisolar bíblico, se traducirán en fechas del calendario solar gregoriano, para que el lector pueda saber fácilmente en qué momento del año se trata.

12 - Desde el advenimiento del último rey, hasta la revelación del desaforado: El último rey y el desaforado es el mismo hombre.

13 - Los 2300 días: 20 de Ziv (Iyyar) (...) - 10 de Tisri (...): El Lugar Santo llevado a su condición correcta: El 20 de Ziv, 1512 AEC, representa la fecha de la primera vez que Jehová tuvo un pueblo de santos, representado por Israel, completamente estructurado espiritualmente, con un templo, en forma de tabernáculo y un sacerdocio instalado (que procede a los sacrificios constantes).

14 - "Los santos tomaron posesión del reino mismo" (Daniel 7:22): Los santos celestiales serán los 144.000 (Apocalipsis 14:1-5). Los santos terrestres, algunos serán príncipes, otros sacerdotes y otros levitas no sacerdotales (Ezequiel 40-48).

1 - Introducción

La profecía de Daniel: libro finalizado a Babilonia, alrededor de 536 AEC

La profecía de Daniel: libro finalizado a Babilonia, alrededor de 536 AEC

El tema central del libro profético de Daniel es la restauración de la soberanía de Jehová Dios en la tierra, por medio del reino de Dios, cuya realeza ha sido confiada al "hijo del hombre", Jesucristo (Mateo 25:31-46). En la profecía de Daniel capítulo 4:10-27, se puede saber de manera cronológica cuando tuvo lugar la entronización celestial de Cristo, en decir en 1914 EC. En la profecía, los gobiernos humanos se presentan como bestias salvajes que devoran y aplastan a la humanidad y compiten con la soberanía de Dios, basada en el amor (1 Juan 4:8; Daniel 7:2-8). La profecía de Daniel anuncia la desaparición violenta de esta soberanía satánica bestial. Esta destrucción tendrá lugar durante la gran tribulación: "Y el Tribunal mismo procedió a sentarse, y finalmente le quitaron su propia gobernación, para aniquilarlo y destruirlo totalmente" (Daniel 2:34,44; 7:26; 12:1; Mateo 24:21; Apocalipsis 14:18-20; 19:11-21). El reino de Dios establecerá su administración terrestre a través de la Nueva Jerusalén, compuesta por los 144.000 santos celestiales: “Y el reino y la gobernación y la grandeza de los reinos bajo todos los cielos fueron dados al pueblo que son los santos del Supremo. Su reino es un reino de duración indefinida, y todas las gobernaciones servirán y obedecerán aun a ellos" (Daniel 7:27; Apocalipsis 21:2-4). Según la profecía de Ezequiel, el reino de Dios tendrá santos terrestres, como príncipes y sacerdotes (Ezequiel 40-48) (La expresión "santo", que se encuentra en la profecía de Daniel, simplemente se refiere a los siervos de Dios Jehová y de su hijo Jesucristo).

El relato histórico y profético, se basa en estos tres ejes principales, mencionados anteriormente, la restauración de la soberanía de Dios en la tierra, la desaparición de la soberanía humana bestial, y el establecimiento del reino de Dios en la tierra, de los cuales el rey es el "hijo del hombre", Jesucristo y los 144.000 santos celestiales. Por tanto, en el libro de Daniel, no se menciona ningún hecho histórico que no tenga relación directa con estos tres aspectos. Por ejemplo, se menciona principalmente cuatro potencias mundiales, desde el momento en que se escribió el libro bíblico de Daniel, hasta el día de hoy: Babilonia, el Imperio Medopersa, Griego y Romano. Es obvio que ha habido muchos otros imperios mundiales. Sin embargo, aquellos cuatro imperios han tenido una conexión directa con el relato profético del libro de Daniel e incluso hasta el día de hoy, con respecto a la última potencia mundial.

El análisis profético de este libro se hará por tema. Por ejemplo, el examen de la primera profecía que trata de la sucesión de las potencias mundiales, en Daniel capítulo 2, estará vinculado a otros capítulos que repiten este tema de una manera distinta y con un propósito diferente (Daniel 7 y 8). Finalmente, ciertas profecías de Daniel, ya han sido objeto de un examen muy detallado que solo se resumirá en este artículo, pero que dirigirá al lector que lo desee, mediante un link de color azul (El rey del norte y el rey del sur (Daniel 11-12: 1); el último rey (Daniel 8: 23-25)). El propósito principal de este estudio bíblico de la profecía de Daniel es demostrar la proximidad del Día de Jehová (la gran tribulación) y la necesidad de prepararnos individualmente, como familia y congregación (Daniel 12:1).

2 - La sucesión de potencias mundiales en la profecía de Daniel

(Daniel 2)

La estatua de cuatro metales

El sueño del rey Nabucodonosor de Babilonia

“”Tú, oh rey, estabas contemplando, y, ¡mira!, cierta imagen inmensa. Aquella imagen, que era grande y cuyo resplandor era extraordinario, estaba de pie enfrente de ti, y su apariencia era pavorosa. En lo que respecta a aquella imagen, su cabeza era de buen oro, sus pechos y sus brazos eran de plata, su vientre y sus muslos eran de cobre, sus piernas eran de hierro, sus pies eran en parte de hierro y en parte de barro moldeado. Seguiste mirando hasta que una piedra fue cortada, no por manos, y dio contra la imagen en sus pies de hierro y de barro moldeado, y los trituró. En aquel tiempo el hierro, el barro moldeado, el cobre, la plata y el oro fueron, todos juntos, triturados, y llegaron a ser como el tamo de la era del verano, y el viento se los llevó, de modo que no se halló ningún rastro de ellos. Y en cuanto a la piedra que dio contra la imagen, llegó a ser una gran montaña y llenó toda la tierra" (Daniel 2:31-35).

La interpretación del sueño

”Este es el sueño, y su interpretación la diremos delante del rey. Tú, oh rey, el rey de reyes, tú a quien el Dios del cielo ha dado el reino, la potencia, y la fuerza y la dignidad, y en cuya mano ha dado —dondequiera que estén morando los hijos de la humanidad— las bestias del campo y las criaturas aladas de los cielos, y a quien él ha hecho gobernante sobre todos ellos, tú mismo eres la cabeza de oro. ”Y después de ti se levantará otro reino inferior a ti; y otro reino, uno tercero, de cobre, que gobernará sobre toda la tierra. ”Y en cuanto al cuarto reino, resultará ser fuerte como el hierro. Puesto que el hierro tritura y muele todo lo demás, así, como el hierro que destroza, triturará y destrozará aun a todos estos. ”Y como contemplaste que los pies y los dedos de los pies eran en parte de barro moldeado de un alfarero y en parte de hierro, el reino mismo resultará dividido, pero algo de la dureza del hierro resultará haber en él, puesto que contemplaste al hierro mezclado con barro húmedo. Y en cuanto a que los dedos de los pies sean en parte de hierro y en parte de barro moldeado, el reino en parte resultará fuerte y en parte resultará frágil. Como contemplaste hierro mezclado con barro húmedo, llegarán a estar mezclados con la prole de la humanidad; pero no resultará que se mantengan pegados, este a aquel, tal como el hierro no se mezcla con barro moldeado. ”Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos; puesto que contemplaste que de la montaña una piedra fue cortada, no por manos, y [que] trituró el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro. El magnífico Dios mismo ha hecho saber al rey lo que ha de ocurrir después de esto. Y el sueño es confiable, y la interpretación de él es digna de confianza” (Daniel 2:36-45).

En aquel sueño se describe proféticamente la sucesión de potencias mundiales desde el tiempo de Daniel, cuando el reino de Babilonia era la potencia mundial establecida, hasta la gran tribulación, el tiempo de la destrucción general de la soberanía humana, seguido por el establecimiento de la administración terrestre del reino de Dios. Esta estatua está hecha de cuatro metales:

1 - La cabeza de oro: el Imperio Babilónico, representado por el rey de aquel entonces, en la época del profeta Daniel (Daniel 2:37,38).

2 - El pecho y los brazos de plata: el imperio Medo-Persa (Daniel 2:39a).

3 - El vientre y los muslos hechos de cobre: ​​el Imperio griego (Daniel 2:39b).

4 - Las piernas de hierro: El Imperio Romano (Roma (Imperio Occidental) y Constantinopla (Imperio Oriental)) (Daniel 2:40).

5 - Los pies de hierro mezclado con barro moldeado (así como los dedos de los pies de hierro mezclado con barro moldeado): la actual soberanía mundial, imbuida de la influencia romana tardía, por su sistema político, religioso y cultural. Esta impregnación grecorromana se designa con la expresión genérica de occidentalización (o la expresión de la antigüedad grecorromana tardía). La presencia de barro moldeado con el hierro de los pies y los dedos de los pies, que de facto debilita la estructura general de la estatua (la soberanía humana mundial), representa los movimientos de muchedumbres descontroladas callejeras, manifestaciones políticas y sociales y actos de terrorismos, revolucionarios perpetrados por pequeños grupos, todos actuando como un contrapoder que debilita seriamente la autoridad de hierro de los gobiernos actuales (Daniel 2:41-43).

3 - El hierro debilitado por el barro moldeado

”Y en cuanto al cuarto reino, resultará ser fuerte como el hierro. Puesto que el hierro tritura y muele todo lo demás, así, como el hierro que destroza, triturará y destrozará aun a todos estos. (...) Y en cuanto a que los dedos de los pies sean en parte de hierro y en parte de barro moldeado, el reino en parte resultará fuerte y en parte resultará frágil. Como contemplaste hierro mezclado con barro húmedo, llegarán a estar mezclados con la prole de la humanidad; pero no resultará que se mantengan pegados, este a aquel, tal como el hierro no se mezcla con barro moldeado"

(Daniel 2:40-43)

El hierro simboliza la expresión del poder del Imperio Romano, y su extensión a nuestra época, mediante armas de hierro, espadas, lanzas, escudos y posteriormente, cañones, rifles, ametralladoras, bombas y bombarderos lanzando fuego desde el cielo, como está escrito en Apocalipsis, acerca de la bestia salvaje de dos cuernos de cordero, representando la potencia mundial actual: "Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia salvaje a su vista. Y hace que la tierra y los que moran en ella adoren a la primera bestia salvaje, cuyo golpe de muerte fue sanado. Y ejecuta grandes señales, de modo que hasta hace bajar fuego del cielo a la tierra a vista de la humanidad" (Apocalipsis 13:12,13).

Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, Italia, Alemania y Japón (Las potencias del Eje), prendieron fuego al mundo. Al final de la Segunda Guerra Mundial, lejos de pacificar al mundo, las potencias aliadas, particularmente Francia, Gran Bretaña, Holanda, los Estados Unidos y la ex Unión Soviética, a su vez, derramaron ríos de sangre y lágrimas, durante la Guerra Fría, en el Oriente Medio, África, Asia e Indonesia. Sin embargo, aquellas potencias de hierro, con sus tremendas fuerzas militares, fueron seriamente debilitadas por el "barro moldeado". ¿Cómo? Tomemos dos ejemplos, Francia y Estados Unidos: después de la Segunda Guerra Mundial, aquellos dos países se involucraron en guerras coloniales, en África (en el Magreb), en Asia (en Corea, Vietnam, Laos y en Camboya). A nivel militar (el hierro), sin lugar a duda, han ejercido un poder comparable al hierro que destruye, desgarra y aplasta todo a su paso, con rifles, ametralladoras, cañones, bombas incendiarias destruyendo a hombres, mujeres y niños que vivían en pueblos y bosques, en Vietnam y Laos, en particular. Sin embargo, el barro moldeado, el género humano, la opinión pública, de ambos países; denunció las matanzas masivas de civiles de aquellas grandes potencias coloniales. De hecho, "debilitó el hierro", sus acciones militares, hasta el punto de convertir sus victorias con las armas, en derrotas políticas y diplomáticas de aquellas naciones.

Actualmente, las acciones de los gobiernos de hierro, se ven obstaculizadas en gran medida por "el barro moldeado" humano, las "muchas aguas", en forma de manifestaciones, revoluciones, actos terroristas y movimientos de turbas, respaldados por organizaciones sindicales, la prensa y en particular Internet, que doblegan la autoridad del "hierro" militarizado. Han actuado y siguen actuando como contrapoderes que debilitan la fuerza del "hierro". La profecía de Daniel menciona los "dedos de los pies de hierro y barro moldeado", lo que acentúa la fragilidad y debilita la estabilidad de la "estatua", a través de la balcanización y las pretensiones de autonomía que han fragmentado grandes imperios. Este fenómeno se acentuó después de la caída de la ex Unión Soviética, desde principios de los años 90. Nuevas formas de conflictos por acciones terroristas a escala mundial generalizadas por el Internet, hacen que el "barro moldeado" humano se ha vuelto hoy en día, casi incontrolable, al nivel de la mayoría de los gobiernos que no pueden dominarlo completamente, con la policía y el poder férreo militarizado.

El "barro moldeado" incontrolado y rebelde, de la profecía de Daniel, encuentra su correspondencia simbólica con el libro de Apocalipsis, con la horizontalidad del mar agitado y las muchas aguas: "Y uno de los siete ángeles que tenían los siete tazones vino y habló conmigo, y dijo: “Ven, te mostraré el juicio sobre la gran ramera que se sienta sobre muchas aguas. (…) Y me dice: “Las aguas que viste, donde está sentada la ramera, significan pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas" (Apocalipsis 17:1,15). Mientras que el hierro está representado por la verticalidad del "antiguo cielo" gubernamental actual. En el libro de Apocalipsis, está escrito que ambos desaparecerán: "Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, y el mar ya no existe" (Apocalipsis 21:1).

Sus desapariciones, en la gran tribulación, también se predice en la profecía de Daniel:

“Seguiste mirando hasta que una piedra fue cortada, no por manos, y dio contra la imagen en sus pies de hierro y de barro moldeado, y los trituró. En aquel tiempo el hierro, el barro moldeado, el cobre, la plata y el oro fueron, todos juntos, triturados, y llegaron a ser como el tamo de la era del verano, y el viento se los llevó, de modo que no se halló ningún rastro de ellos. Y en cuanto a la piedra que dio contra la imagen, llegó a ser una gran montaña y llenó toda la tierra. (…) ”Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos; puesto que contemplaste que de la montaña una piedra fue cortada, no por manos, y que trituró el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro. El magnífico Dios mismo ha hecho saber al rey lo que ha de ocurrir después de esto. Y el sueño es confiable, y la interpretación de él es digna de confianza”” (Daniel 2:34,35,44,45).

La piedra que destruirá la estatua hasta que desaparezca por completo representa el Reino de Dios. Es un gobierno celestial cuyo rey es Jesucristo, acompañado de los 144.000 reyes y sacerdotes, la Nueva Jerusalén; según el libro de Apocalipsis (Apocalipsis (Apocalipsis) 21:1-4). La montaña de la que se desprende la piedra es la soberanía eterna de Jehová, que volverá a ejercerse en el planeta Tierra. Por eso, aquella piedra que destruirá la estatua, se convertirá en una montaña sobre toda la tierra, en expresión de aquella soberanía eterna.

4 - La bestia salvaje con grandes dientes de hierro, y diez cuernos en su espalda

La sucesión de aquellas cuatro potencias mundiales, se describe de manera distinta, y la vez similar, con respecto a la antigüedad romana tardía, en otro pasaje de la profecía. Esta vez, es el profeta Daniel quien tiene las visiones, y es un ángel quien le da la interpretación. Aquellas visiones permiten completar la información del sueño de la estatua de cuatro metales:

“Daniel se expresaba y decía: “Sucedió que contemplaba en mis visiones durante la noche, y, ¡pues vea!, los cuatro vientos de los cielos estaban agitando el vasto mar. 3 Y cuatro enormes bestias estaban saliendo del mar, y cada una era diferente de las otras. ”La primera era como un león, y tenía las alas de un águila. Seguí contemplando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue alzada de la tierra y se le hizo pararse sobre dos pies justamente como un hombre, y se le dio el corazón de un hombre. ”Y, ¡pues vea!, otra bestia, una segunda, y esta era como un oso. Y de un lado estaba levantada, y había tres costillas en su boca entre sus dientes; y esto era lo que le decían: ‘Levántate, come mucha carne’. ”Después de esto seguí contemplando, y, ¡pues vea!, otra [bestia], una como un leopardo, pero tenía cuatro alas de una criatura voladora en la espalda. Y la bestia tenía cuatro cabezas, y se le dio gobernación en realidad. ”Después de esto seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea!, una cuarta bestia, espantosa y terrible y extraordinariamente fuerte. Y tenía dientes de hierro, grandes. Estaba devorando y triturando, y lo que quedaba lo estaba pisoteando con sus pies. Y era una cosa diferente de todas las [otras] bestias que habían sido antes de ella, y tenía diez cuernos. Seguí considerando los cuernos, y, ¡mire!, otro cuerno, uno pequeño, salió entre ellos, y hubo tres de los primeros cuernos que fueron arrancados de delante de él. Y, ¡mire!, había ojos como los ojos de un hombre en este cuerno, y había una boca que estaba hablando cosas grandiosas” (Daniel 7:2-8).

En la primera parte de la explicación del ángel, se resume toda la información de la visión de la estatua de cuatro metales, mostrando que habría cuatro reyes que se levantarían representando los cuatro imperios (Babilónico, Medo-Persa, Griego y Romano). Esta soberanía humana daría paso al reino de Dios: "En cuanto a estas enormes bestias, porque son cuatro, hay cuatro reyes que se pondrán de pie desde la tierra. Pero los santos del Supremo recibirán el reino, y ellos tomarán posesión del reino para tiempo indefinido, aun para tiempo indefinido sobre tiempos indefinidos’" (Daniel 7:17,18, comparar con 2:36-44). Sin embargo, lo que intrigaba al profeta Daniel era la cuarta bestia, representando al Imperio Romano. Por lo tanto, le pidió al ángel más información:

”Esto es lo que él dijo: ‘En cuanto a la cuarta bestia, hay un cuarto reino que llegará a existir en la tierra, que será diferente de todos los demás reinos; y devorará toda la tierra y la hollará y triturará. Y en cuanto a los diez cuernos, de ese reino hay diez reyes que se levantarán; y hasta otro se levantará después de ellos, y él mismo será diferente de los primeros, y a tres reyes humillará” (Daniel 7:23,24).

Respecto a esta cuarta bestia salvaje, el Imperio Romano, que lleva los diez cuernos en su espalda (toda la soberanía mundial (diez cuernos)), expresa exactamente la misma idea que la visión de la estatua de cuatro metales, en su parte baja (piernas, pies y dedos de los pies): el poder romano continuaría hasta el día de hoy. El hecho de que esta bestia lleve los diez cuernos, muestra que la influencia romana (la bestia romana), el lado occidental, impregnaría toda la gobernanza mundial actual, hasta los últimos días (representados por los diez cuernos, todos los reyes de la tierra).

5 - Los tres cuernos arrancados y reemplazados por un cuerno arrogante

"Seguí considerando los cuernos, y, ¡mire!, otro cuerno, uno pequeño, salió entre ellos, y hubo tres de los primeros cuernos que fueron arrancados de delante de él. Y, ¡mire!, había ojos como los ojos de un hombre en este cuerno, y había una boca que estaba hablando cosas grandiosas"

(Daniel 7:8)

¿Qué representan los tres cuernos arrancados, reemplazados por un cuerno con una actitud arrogante? Para saberlo, basta con leer las explicaciones del ángel, sobre el cuerno arrogante que existe actualmente, para saber a qué corresponden: "Y hablará hasta palabras contra el Altísimo, y hostigará continuamente a los santos mismos del Supremo. Y tendrá intención de cambiar tiempos y ley, y ellos serán dados en su mano por un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo. Y el Tribunal mismo procedió a sentarse, y finalmente le quitaron su propia gobernación, para aniquilarlo y destruirlo totalmente” (Daniel 7:25,26).

El versículo 26 muestra que aquel rey, estaría presente en el momento de la destrucción general de la soberanía humana internacional, en la gran tribulación. ¿Qué potencia mundial es? Sin lugar a dudas, los Estados Unidos de América. Esta potencia mundial actual también se describe en el libro de Apocalipsis, como una bestia salvaje con dos cuernos de cordero, ejerciendo todo el poder mundial de la bestia con siete cabezas y diez cuernos, el conjunto de los gobiernos mundiales actuales: "Y vi otra bestia salvaje que ascendía de la tierra, y tenía dos cuernos como un cordero, pero empezó a hablar como un dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia salvaje a su vista. Y hace que la tierra y los que moran en ella adoren a la primera bestia salvaje, cuyo golpe de muerte fue sanado. Y ejecuta grandes señales, de modo que hasta hace bajar fuego del cielo a la tierra a vista de la humanidad" (Apocalipsis 13:11-13). Así como Daniel 7:8 informa que este "cuerno hablando cosas grandiosas", el pasaje de Apocalipsis 13 lo describe con la actitud de un profeta que organiza una adoración que rivaliza con la que se debe a Dios. Apocalipsis 16:13 va hasta con llamarlo de "falso profeta".

Por tanto, es fácil entender a qué potencias marítimas corresponden los tres cuernos desgarrados y humillados. Para obtener su independencia, los Estados Unidos de América expulsaron gradualmente a las tres potencias coloniales, que de hecho representan la cuna de esta nación de origen "grecorromano": España (asociada a Holanda y Portugal (que colonizará una parte importante de América del Sur (Brasil) con España)), Francia e Inglaterra. Fue con la Guerra de Siete Años (1756-1763), que Francia abandonó todas sus posesiones territoriales. Lo mismo con la Guerra Hispanoamericana (del 15 de abril al 12 de agosto de 1898), España perdió sus últimas posesiones.  Finalmente, con la Guerra de Independencia (1775-1783), Gran Bretaña perdió también todas sus posesiones. Según la profecía de Daniel, los Estados Unidos de América son una expresión de la influencia romana, al igual que las otras tres naciones que lo fundaron.

6 - El último rey con rostro con expresiones de muecas y una actitud arrogante

Este último rey mencionado en la profecía de Daniel es el tema de un estudio bíblico especial (EL ÚLTIMO REY). Sin embargo, es importante estar familiarizado con el contexto de esta profecía extremadamente detallada en su descripción: “Cuando levanté los ojos, entonces vi, y, ¡mire!, un carnero parado delante de la corriente de agua, y tenía dos cuernos. Y los dos cuernos eran altos, pero el uno era más alto que el otro, y el más alto fue el que subió después. Vi al carnero dando cornadas al oeste y al norte y al sur, y ninguna bestia salvaje se mantuvo de pie delante de él, y no había nadie que librara de su mano. E hizo según su voluntad, y se dio grandes ínfulas. Y yo, por mi parte, seguí considerando, y, ¡mire!, había un macho de las cabras que venía del poniente sobre la superficie de toda la tierra, y no tocaba la tierra. Y en lo que respecta al macho cabrío, había un cuerno conspicuo entre sus ojos. Y siguió viniendo hasta el carnero que poseía los dos cuernos, el cual yo había visto parado delante de la corriente de agua; y vino corriendo hacia él en su poderosa furia. Y lo vi entrar en contacto estrecho con el carnero, y empezó a mostrar amargura hacia él, y procedió a derribar al carnero y a quebrar sus dos cuernos, y resultó que no hubo poder en el carnero para mantenerse firme delante de él. De modo que lo arrojó a la tierra y lo holló, y resultó que el carnero no tuvo quien lo librara de su mano. Y el macho de las cabras, por su parte, se dio grandes ínfulas hasta el extremo; pero en cuanto se hizo poderoso, el gran cuerno fue quebrado, y procedieron a subir conspicuamente cuatro en lugar de él, hacia los cuatro vientos de los cielos" (Daniel 8:3-8).

Esta vez, solo hay dos bestias salvajes que representan solo dos potencias mundiales, el carnero de dos cuernos, la potencia medo-persa, y el macho cabrío muy rápido, con un gran cuerno, el imperio griego: "El carnero que tú viste que poseía los dos cuernos representa a los reyes de Media y Persia. Y el macho cabrío peludo representa al rey de Grecia; y en cuanto al gran cuerno que estaba entre sus ojos, representa al primer rey. Y puesto que ese fue quebrado, de modo que hubo cuatro que finalmente se levantaron en lugar de él, hay cuatro reinos de su nación que se pondrán de pie, pero no con su poder” (Daniel 8:20-22).

Doscientos años antes el cumplimiento de aquella profecía se predijo el advenimiento de Alejandro el Magno (el gran cuerno) y sus conquistas extremadamente rápidas (el carnero (volador) que no tocaba la tierra). La redacción del libro de Daniel se completó alrededor del 536 AEC. Alejandro Magno nació en 356 AEC. En 336, empezó su reinado. Murió muy joven, en 323 AEC: "el gran cuerno fue quebrado". La profecía deja a entender que ninguno de sus hijos heredaría su reino. Alejandro Magno tuvo dos hijos: Alejandro IV Aigos y Heracles, un hijo ilegítimo. Los dos hijos fueron asesinados y, por consiguiente, no sucedieron a su padre. Según la profecía, después de la muerte de Alejandro Magno, la totalidad de los territorios conquistados se dividió en cuatro, entre 4 de sus generales: Seleucos Nicator tomando Mesopotamia y Siria; Casandra, Macedonia y Grecia; Ptolomeo Lagus, Egipto y Palestina; y Lisímaco, Tracia y Asia Menor: "y procedieron a subir conspicuamente cuatro en lugar de él, hacia los cuatro vientos de los cielos. (...) Y puesto que ese fue quebrado, de modo que hubo cuatro que finalmente se levantaron en lugar de él, hay cuatro reinos de su nación que se pondrán de pie, pero no con su poder" (Daniel 8:8,22).

La peculiaridad de la profecía del capítulo 8 de Daniel es que describe la sucesión de las potencias mundiales al designar dos reyes que habrán marcado la historia: doscientos años antes de su advenimiento, anunció la llegada de Alejandro Magno, quien helenizado el mundo (Daniel 8: 8,22). Y esta helenización ha tenido un impacto hasta hoy por lo que se designa (por los historiadores) como antigüedad "grecorromana" tardía. Después, la visión profética anuncia un acontecimiento que se cumple 2.500 años más tarde, en nuestros tiempos, poco antes de la gran tribulación: la aparición del último rey, de la última potencia mundial:

“Y de uno de ellos salió otro cuerno, uno pequeño, y siguió haciéndose mucho mayor hacia el sur y hacia el naciente y hacia la Decoración. Y siguió haciéndose mayor hasta llegar al mismo ejército de los cielos, de modo que hizo que algunos del ejército y algunas de las estrellas cayeran a la tierra, y se puso a hollarlos. Y hasta llegar al mismo Príncipe del ejército se dio grandes ínfulas, y de él el rasgo constante fue quitado, y el lugar establecido de su santuario fue echado abajo. Y un ejército mismo fue gradualmente entregado, junto con el rasgo constante, debido a transgresión; y siguió arrojando la verdad por tierra, y actuó y tuvo éxito” (Daniel 8:9-12). El ángel da la explicación de la visión:

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”Y en la parte final del reino de ellos, a medida que los transgresores actúen hasta lo completo, se pondrá de pie un rey de fiero semblante y que entenderá dichos ambiguos. Y su poder tiene que hacerse potente, pero no por su propio poder. Y de manera maravillosa causará ruina, y ciertamente tendrá éxito y obrará con eficacia. Y realmente reducirá a la ruina a poderosos, también al pueblo hecho de [los] santos. Y según su perspicacia ciertamente también hará que el engaño tenga éxito en su mano. Y en su corazón se dará grandes ínfulas, y durante un [tiempo] libre de cuidados arruinará a muchos. Y contra el Príncipe de príncipes se pondrá de pie, pero será sin mano como será quebrado” (Daniel 8:23-25).

Después del milagro de anunciar el advenimiento de Alejandro el Magno, con 200 años de antelación, sigue la proeza profética de anunciar con 2.500 años antes, mediante la descripción general de sus expresiones faciales con muecas, y su actitud astuta y arrogante, el advenimiento del último rey de la última potencia mundial. Este aspecto de la profecía se estudia con más detalle, en el tema "EL ÚLTIMO REY" (haga clic en el link azul).

Es en el contexto histórico de la partición en cuatro, de los territorios conquistados por Alejandro el Magno, cuando comienza el relato de la profecía del conflicto entre el rey del norte y el rey del sur, de los capítulos 11 al 12:1, de Daniel. La particularidad de este conflicto, con repercusión mundial, es que se centra exclusivamente en la tierra de la Decoración, Israel, que actualmente es el epicentro de acontecimientos dramáticos que desembocarán, dentro muy poco, a la gran tribulación (Daniel 11:41- 45 y 12:1).

El relato profético empieza entre la caída de la potencia mundial Medo-persa y la supremacía militar de la nueva potencia mundial del Imperio Griego (Comparar con Daniel 8:7,20,21). El "rey" mencionado en Daniel 11:3, es Alejandro el Magno (336 A.E.C.) (Comparar con Daniel 8:8,20). Después de su muerte prematura (323 A.E.C), su reino fue dividido hacia los cuatro vientos, a cuatro de sus generales (compare con Daniel 8:8b, 22).

La identidad de los Dos Reyes

Entre aquellos cuatro generales, dos heredaron, todo el Imperio griego, y empezó la lucha entre aquellos dos reyes y su dinastía respectiva:

-      El rey del norte (Siria): Seleuco I Nicátor (281 A.E.C) y su dinastía seléucida en Siria.

-      El rey del sur (Egipto): de Tolomeo Lago, o Tolomeo I (305 A.E.C.) y su dinastía tolemaica en Egipto.

Esta profecía se examina con más detalle, bajo el tema "LOS DOS REYES" (haga clic en el link azul).

8 - La profecía de la venida del Mesías el Caudillo y el fin del pacto de la Ley

La profecía de las setenta semanas de años

“Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, y para acabar con el pecado, y para hacer expiación por el error, y para introducir la justicia para tiempos indefinidos, y para imprimir un sello sobre visión y profeta, y para ungir el Santo de los Santos. Y debes saber y tener la perspicacia de que desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas. Ella volverá y será realmente reedificada, con plaza pública y foso, pero en los aprietos de los tiempos. ”Y después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí. ”Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones. ”Y él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva. ”Y sobre el ala de cosas repugnantes habrá el que cause desolación; y hasta un exterminio, la misma cosa que se ha decidido irá derramándose también sobre el que yace desolado” (Daniel 9:24-27).

“Y debes saber y tener la perspicacia de que desde la salida de [la] palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas. Ella volverá y será realmente reedificada, con plaza pública y foso, pero en los aprietos de los tiempos” (Daniel 9:25). Esta declaración profética anuncia el tiempo de la venida de Cristo en la tierra. En primer lugar, estamos hablando de semanas de años, no de días, lo que significa que cada semana representa, no siete días, sino siete años. Entonces, setenta semanas de años (70x7) son 490 años. ¿Cuándo comienza este período?

Desde la salida de la palabra para restaurar y reconstruir Jerusalén: La ciudad de Jerusalén fue desolada y abandonada, después del exilio de sus habitantes a Babilonia, por 70 años (Jeremías 25:11,12). Después de este período, el templo y los muros de Jerusalén fueron reconstruidos gradualmente. Por lo tanto, el principio de este período comienza con el año en que se dio la orden de reconstruir las murallas de Jerusalén. Según Nehemías, uno de los escritores de la Biblia, la palabra para reconstruir aquellas murallas, salió “en el año veinte del rey Artajerjes” (Nehemías 2:1,5-8). Como confirman los historiadores, 474 AEC, fue el primer año del reinado de Artajerjes. El vigésimo año de su reinado fue, por tanto, en el 455 AEC.

Hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas: desde el año 455 antes de nuestra era, hasta el bautismo de Cristo, es necesario añadir, siete semanas de años (7x7 = 49 años), con las sesenta y dos semanas de años (62x7 = 434 años), lo que son 483 años (49 + 434). Añadiendo, los 483 años empezando con el año, 455 AEC, llegamos, en el otoño del año 29 de nuestra era, cuando Cristo fue bautizado en el Jordán, por Juan el Bautista (Mateo 3:13-17). Así que al final de las 69 semanas de años (483 años) y al comienzo de la septuagésima semana de años, Jesucristo fue bautizado. Está escrito que después de aquellas siete y sesenta y dos semanas de años, Cristo sería cortado: "Y después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí" (Daniel 9:26). Pero, ¿en qué momento preciso de esta septuagésima semana? A la mitad de la semana, es decir, tres años y medio, después de su bautismo: "Y él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva" (Daniel 9:27a). Por su muerte en sacrificio, "a la mitad de la semana", tres años y medio después de su bautismo, hizo "cesar el sacrificio y la ofrenda de dádiva", es decir, el 14 de Nisán del 33 de nuestra era, terminó el pacto de la Ley (Romanos 10:4).

Durante los tres años y medio, correspondientes a la segunda parte de la septuagésima semana de años, Jesucristo resucitado, poco antes de su ascensión, pidió que se predicaran las buenas nuevas del reino, primero en Jerusalén, en Judea, en Samaria y luego a todas las naciones: "pero recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra" (Hechos 1: 8). Al final de la septuagésima semana, Dios dirigió oficialmente su atención especial a todas las naciones, en el momento del bautismo de Cornelio, mencionado en Hechos 10: "Ante aquello, Pedro abrió la boca y dijo: “Con certeza percibo que Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto"” (Hechos 10:34,35).

“Y sobre el ala de cosas repugnantes habrá el que cause desolación; y hasta un exterminio, la misma cosa que se ha decidido irá derramándose también sobre el que yace desolado” (Daniel 9:27b). El final de las setenta semanas de años, anunciaba la futura destrucción de Jerusalén, particularmente en la profecía de Jesucristo en Mateo 24, Lucas 21 y Marcos 13.

9 - EL REY JESUCRISTO ENTRONIZADO COMO REY DEL REINO DE DIOS

EN EL CIELO, EL 15 DE TISRI DE 1914 (EC), El 2/3 DE OCTUBRE DE 1914 (EC)

(El mes de Tisri (Ethanim), es el nombre de un mes en el calendario lunisolar hebreo, que cae entre los meses de septiembre / octubre)

¿Cómo se obtiene la fecha del 15 de Tisri o el 2/3 de octubre de 1914?

“Siete tiempos mismos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere darlo lo da”

(Daniel 4:25)

“Ahora bien, sucedió que las visiones de mi cabeza sobre mi cama contemplaba, y, ¡mira!, un árbol en medio de la tierra, y la altura de este era inmensa. El árbol creció y se hizo fuerte, y su altura misma finalmente alcanzó a los cielos, y era visible hasta la extremidad de toda la tierra. Su follaje era hermoso, y su fruto era abundante, y había alimento para todos en él. Bajo él las bestias del campo buscaban sombra, y en sus ramas mayores los pájaros de los cielos moraban, y de él toda carne se alimentaba. ”’Continué contemplando en las visiones de mi cabeza sobre mi cama, y, ¡mira!, un vigilante, hasta un santo, que venía bajando de los cielos mismos. Clamaba con fuerza, y esto es lo que decía: “Corten el árbol, y desmochen sus ramas mayores. Sacudan su follaje, y esparzan su fruto. Que la bestia huya de debajo de él, y los pájaros de sus ramas mayores. No obstante, dejen su tronco mismo con las raíces en la tierra, aun con una atadura de hierro y de cobre, entre la hierba del campo; y con el rocío de los cielos sea mojado, y con la bestia sea su porción entre la vegetación de la tierra. Sea cambiado su corazón del de la humanidad, y que se le dé el corazón de una bestia, y pasen siete tiempos sobre él. Por el decreto de vigilantes es la cosa, y por el dicho de santos la solicitud es, con la intención de que sepan los vivientes que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere darlo lo da, y coloca sobre él aun al de más humilde condición de la humanidad”. (…) ”’El árbol que contemplaste, que se hizo grande y llegó a ser fuerte, y la altura del cual finalmente alcanzó a los cielos, y que le era visible a toda la tierra, y el follaje del cual era hermoso, y el fruto del cual era abundante, y en el cual había alimento para todos; debajo del cual las bestias del campo moraban, y en las ramas mayores del cual los pájaros de los cielos residían, eres tú, oh rey, porque te has hecho grande y has llegado a ser fuerte, y tu grandeza se ha hecho grande y ha alcanzado a los cielos, y tu gobernación hasta la extremidad de la tierra. ”’Y porque el rey contempló a un vigilante, hasta a un santo, que venía bajando de los cielos, que también decía: “Corten el árbol, y arruínenlo. No obstante, dejen su tronco mismo con las raíces en la tierra, pero con una atadura de hierro y de cobre, entre la hierba del campo, y con el rocío de los cielos sea mojado, y con las bestias del campo sea su porción hasta que siete tiempos mismos pasen sobre él”, esta es la interpretación, oh rey, y el decreto del Altísimo es lo que tiene que suceder a mi señor el rey. Y te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo tu morada llegará a ser, y la vegetación es lo que te darán aun a ti a comer tal como a toros; y con el rocío de los cielos tú mismo estarás mojándote, y siete tiempos mismos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere darlo lo da” (Daniel 4:10-25).

La profecía de Daniel capítulo 4:10-17,20-29, tuvo un primer cumplimiento, con el rey Nabucodonosor, rey de Babilonia. Sin embargo, tuvo un segundo cumplimiento que permite saber cuándo Jesucristo, un descendiente del rey David, fue entronizado como Rey del Reino de Dios, en los Cielos. Aplicando los siete tiempos mencionados en la profecía, a la interrupción del reino de la dinastía del rey David en Jerusalén, que comenzó en 607 antes de nuestra era común con la destrucción de la ciudad y se derrocó momentáneamente el trono de David.

“El trono de Jehová” quedó vacío, y se interrumpió la línea de reyes que descendían de David (2 Reyes 25:1-26). En el libro profético de Ezequiel se da esta orden a Sedequías, el último rey de esa ciudad: “Remueve el turbante, y quita la corona. Esta (...) no llegará a ser de nadie hasta que venga aquel que tiene el derecho legal, y tengo que dar esto a él” (Ezequiel 21:26, 27). La persona con “el derecho legal” a heredar la corona de David es Jesucristo (Lucas 1:32, 33).

La profecía de Daniel capítulo 4 indica la duración de esta interrupción momentánea del reinado de la dinastía del rey David: 7 tiempos, es decir, 7 años proféticos de 360 días, o 2520 días. El contexto histórico y profético, de los acontecimientos que ocurrieron después de esta fecha de 607 AEC, nos permite entender que aquellos 2520 días corresponden a 2520 años. Es decir, que cuando agregamos 7 años al año 607 AEC, no hay acontecimientos históricos importantes, de modo que aquellos 2520 días corresponden a 2520 “años”, un 'día' por un 'año' (Ezequiel 4:6).

1 Reyes 25:25,26 nos informa que Jerusalén fue completamente deshabitada desde el séptimo mes del año 607 AEC, es decir, desde el mes de Tisri. Añadiendo al año 607 AEC los 2520 años, llegamos al año 1914, del mes de Tisri (Nuestra Era Común).

10 - Los santos de la tierra son, por última vez, severamente perseguidos y luego heredarán eternamente el reino

Las profecías de los 1260, 1290, 1335 días y de los 2300 tardes y mañanas

Es lógico pensar que las profecías de los 1260, 1290, 1335 días y 2300 tardes y mañanas, tienen que ver con el fin de este sistema de cosas, en la gran tribulación (Daniel 12:1). ¿Por qué? Son precisamente las declaraciones con respecto a los 2300 y 1335 días, que lo deja a entender: "De modo que él me dijo: “Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; y el lugar santo ciertamente será llevado a su condición correcta" (2300 días; Daniel 8:14); "¡Feliz es el que se mantiene en expectación y que llega a los mil trescientos treinta y cinco días!" (Daniel 12:12 compare con Mateo 24:13). Esta felicidad eterna solo existirá en la liberación del cristiano fiel, en la gran tribulación del 10 de Etanim (Tisri), que será un jubileo planetario, como lo dijo Jesucristo: "Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca" (Lucas 21:28). Las profecías de los 1260, 1290 y 1335 días, da un calendario extremadamente preciso de la corta campaña de persecución internacional en contra de los santos celestiales y terrestres, muy poco antes de la liberación después de los 1335 días. Aquí hay una breve descripción general de cómo se calculan las fechas:

- El cálculo se hará a partir del calendario bíblico (judío), con los nombres bíblicos de los meses correspondientes. Luego, en cada paso importante del cálculo, las fechas del calendario lunisolar bíblico, se traducirán en fechas del calendario solar gregoriano, para que el lector pueda saber fácilmente en qué momento del año se trata.

- El método de cálculo bíblico considera los años completos de 360 ​​días proféticos, los meses completos de 30 días proféticos. Así, los 1260 días corresponden a 3 años y medio ((3 x 360 días) + (6 x 30 días)) (Apocalipsis 12: 6,14).

- Los años completos de 360 ​​días proféticos van de fecha a fecha. Por ejemplo, si el cálculo comienza el 1 de Nisán del año "n" (mes del calendario judío), los años pasarán de 1 de Nisán "n" a 1 de Nisán "n +1"... para cada año profético completo (Aunque haya un año lunisolar de 13 meses, para ajustar el calendario lunar, al ciclo solar).

- Es lo mismo para todos los meses proféticos de treinta días, de fecha a fecha, incluso si el mes lunar tiene 29 días y el siguiente 30. Por ejemplo, para dos meses proféticos, si el 1 de Elul, va hasta el 1 de Tisri, con sus treinta días (aunque Elul solo tiene 29 días) (Apocalipsis 11: 2, 3; 42 meses de 30 días = 1260 días).

- Para el número de días menores a un mes, este es el caso de la profecía de los 1335 días (15 días) y los 2300 días (20 días), cada día debe contarse con el número correspondiente a la fecha del mes. Por ejemplo, si quedan 15 días (este es el caso de la profecía de 1335 días), comenzando en la fecha del 25 de Elul bíblico, entonces el cálculo comienza desde el 25 (contando como el primer día, porque en la Biblia, se cuenta un día iniciado, día completo), llegamos a la fecha del 10 de Tisri (teniendo en cuenta en este caso específico, lo mismo para los 20 días restantes de los 2300 días, que el mes de Elul tiene solo 29 días) (En Mateo 12:40, está escrito que Jesucristo dijo que permanecería "tres días y tres noches en el corazón de la tierra", lo que muestra que un día ha comenzado se cuenta en su totalidad, día y noche).

- Último punto, el lector perspicaz notará un intervalo de dos días, entre la fecha bíblica presentada, y el calendario judío (dos días atrasados). Un 10 de Etanim (Tisri) bíblico corresponde a un 8 de Etanim (Tisri) en el calendario judío. Este cambio proviene del hecho de que, según la Biblia, la luna nueva corresponde a su desaparición completa y la luna llena el día 15 del mes (Salmos 81:3). El calendario judío actual considera el primer día del mes con luna nueva, con el primer cuarto lunar observable, lo que de hecho provoca en promedio dos días atrás con respeto a la fecha bíblica (ver las explicaciones en la página dedicada al calendario lunar (ver luna nueva al final)).

11 - Cálculo de los 1260, los 1290 y los 1335 días

25 de Tebet (...) (bíblico) - 10 de Tisri (...): 1335 días


"Y empecé a oír al hombre que estaba vestido del lino, quien estaba arriba sobre las aguas de la corriente, mientras él procedió a levantar la mano derecha y la mano izquierda a los cielos y a jurar por Aquel que está vivo para tiempo indefinido: “Será por un tiempo señalado, tiempos señalados y medio. Y tan pronto como haya habido un fin del hacer añicos el poder del pueblo santo, todas estas cosas llegarán a su fin”. (...) ”Y desde el tiempo en que el rasgo constante haya sido removido, y haya habido una colocación de la cosa repugnante que está causando desolación, habrá mil doscientos noventa días. ”¡Feliz es el que se mantiene en expectación y que llega a los mil trescientos treinta y cinco días!" (Daniel 12:7,11,12).

"Un tiempo señalado, tiempos señalados y medio (tiempo señalado)", corresponden a tres tiempos y medio señalados, o 1260 días (comparar con Apocalipsis 12:6 y 12:14 "un tiempo y tiempos y medio tiempo" = 1260 días).

Dado que aquellos tres períodos se enumeran consecutivamente (sin explicaciones), es obvio que empiezan en la misma fecha. Como primera observación, los 1260 días corresponden a 3 años y medio proféticos. Los 1290 días corresponden a 1260 días, más 30 días (1 mes). Los 1335 días corresponden a 1260 más 60 días (2 meses) y 15 días.

El hombre del desafuero, el hijo de la destrucción, es un hombre único, al igual que Judas Iscariote, a quien Jesucristo también llamó de "hijo de destrucción" ("hijo de destrucción" (Juan 17:12)). El apóstol inspirado, Pablo probablemente se refiere a la profecía de Daniel 8:23-25, por varias razones. La profecía de Daniel menciona la existencia de un rey arrogante y astuto, que se revelaría "cuando los transgresores actúen hasta lo completo".

13 - Los 2300 días

"También oí a un santo hablando, y otro santo le preguntó al que estaba hablando: “¿Cuánto durará la visión sobre el sacrificio constante y la ofensa que causa devastación y el pisoteo del lugar santo y del ejército?”. Entonces él me dijo: “Hasta que pasen 2.300 tardes y mañanas; entonces el lugar santo de veras recobrará su debida condición”

(Daniel 8:13,14)

Esta profecía de los 2300 días está en el contexto de la revelación del último rey, de la última potencia mundial actual (Daniel 8:9-12,23-25). Los 2300 días representan, 6 años (6 x 360 = 2160 días), 4 meses (4 x 30 = 120 días), 20 días: 2160 + 120 + 20 = 2300 días.

CÁLCULO: 6 años: 20 de Ziv 2017 a 20 de Ziv 2023 + 4 meses: 20 de Ziv (Iyar) - 20 de Siván (1), 20 de Siván - 20 de Tamuz (2), 20 de Tamuz - 20 de Ab (3), 20 de Ab - 20 de Elul (4) + 20 días: 20 de Elul al 10 de Tisri 2023 (teniendo en cuenta que Elul solo tiene 29 días).

Sin embargo hay otra manera de calcular aquel período, muy extraña, obteniendo el mismo resultado: 2300 días = 2520 días (7 años proféticos de 360 ​​días) – 220 días.

220 días = 7 meses proféticos de 30 días + 10 días. Aquellos 7 meses y diez días que faltan, parecen indicar que el período de 2300 días terminará el 10 de Tisri (Etanim), es decir el séptimo mes y el décimo día.

¿Cuál es el significado del 20 de Ziv (Iyar) en la Biblia? Aquella fecha está directamente relacionada con la profecía de los 2300 días que menciona el “sacrificio constante” (Daniel 8:13,14).

El significado bíblico del 20 de Ziv (Iyar)

 El gran príncipe Miguel salva a los santos

"Y durante aquel tiempo se pondrá de pie Miguel, el gran príncipe que está plantado a favor de los hijos de tu pueblo. Y ciertamente ocurrirá un tiempo de angustia como el cual no se ha hecho que ocurra uno desde que hubo nación hasta aquel tiempo. Y durante aquel tiempo tu pueblo escapará, todo el que se halle escrito en el libro” (Daniel 12:1)

Antes de que el resto de los santos celestiales en la tierra, reine con el Rey Jesucristo, la profecía de Daniel anuncia que sufrirán la persecución del último rey de la actual potencia mundial, junto con los santos terrestres: "Y según su perspicacia ciertamente también hará que el engaño tenga éxito en su mano. Y en su corazón se dará grandes ínfulas, y durante un tiempo libre de cuidados arruinará a muchos. Y contra el Príncipe de príncipes se pondrá de pie, pero será sin mano como será quebrado” (Daniel 8:25). Esta persecución, que ya ha comenzado a nivel mundial, también fue anunciada en la profecía de Ezequiel 38 y 39, la de Gog de Magog.

Al final de los 1335 días y de los 2300 días, los santos celestiales tomarán posesión del reino. Son 144.000, según el libro de Apocalipsis (14:1-5). Aquellos 144.000 reyes y sacerdotes representarán como grupo, la Nueva Jerusalén, que establecerá condiciones paradisíacas en la tierra: "Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, y el mar ya no existe. Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo. Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”” (Apocalipsis 21:1-4).

EL CÁLCULO 


La apostasía dentro de las congregaciones cristianas apareció después de la muerte de los apóstoles de acuerdo con la profecía de Jesucristo, en Mateo 13:24-30,37-43 ("mientras los hombres dormían" (versículo 24), representa la muerte de los apóstoles que impedían aquella apostasía dentro de las congregaciones cristianas).

Además, el apóstol Pablo lo describe con la expresión "hijo de destrucción", lo que está muy en consonancia con el relato de Daniel de esta misma profecía, por dos razones: se le describe como un rey que sembrará la destrucción, incluso dentro del pueblo de Dios: "Y su poder tiene que hacerse potente, pero no por su propio poder. Y de manera maravillosa causará ruina, y ciertamente tendrá éxito y obrará con eficacia. Y realmente reducirá a la ruina a poderosos, también al pueblo hecho de [los] santos. Y según su perspicacia ciertamente también hará que el engaño tenga éxito en su mano. Y en su corazón se dará grandes ínfulas, y durante un tiempo libre de cuidados arruinará a muchos" (Daniel 8:24,25). En cuanto a la segunda razón, la profecía de Daniel 8:25b, menciona que este rey será destruido directamente por el Rey Jesucristo: "Y contra el Príncipe de príncipes se pondrá de pie, pero será sin mano como será quebrado" (Daniel 8:25b). El apóstol Pablo menciona exactamente la misma información: "Entonces, realmente, será revelado el desaforado, a quien el Señor Jesús eliminará por el espíritu de su boca, y reducirá a nada por la manifestación de su presencia" (2 Tesalonicenses 2:8). No hay duda de que el apóstol Pablo se estaba refiriendo a este rey, un intrigante y un destructor, refiriéndose a la revelación del "desaforado".

20 de Ziv (Iyar) (...) - 10 de Tisri (...)

Ahora, haciendo el cálculo empezando por el 10 de Tisri (Etanim) (...), obtenemos el siguiente resultado: 10 Tisri (...) – 7 años proféticos = 10 Tisri (...). A esa fecha agreguamos 7 meses proféticos de 30 días: 1 - 10 Hesván ; 2 - 10 Kislev ; 3 – 10 Tebeth ; 4 – 10 Sebat ; 5 - 10 Adar ; 6 –10 Nisán ; 7 - 10 Iyar (Ziv). Al 10 de Iyar (Ziv), hay que sumar 10 días y llegamos al 20 de Ziv (Iyar) de (...) Del 20 de Ziv (Iyar) de (...) al 10 de Etanim (Tishri) de (...), hay 2300 días.

El 20 de Ziv (Iyar) ("segundo mes, el vigésimo día del mes"), el segundo mes del año bíblico, es una fecha muy importante relacionada con el "lugar santo" (Daniel 8:14): "Ahora bien, aconteció que en el segundo año, en el segundo mes, el día veinte del mes, se alzó la nube de sobre el tabernáculo del Testimonio. Y los hijos de Israel se pusieron a partir, según la manera de sus partidas, del desierto de Sinaí, y la nube procedió a residir en el desierto de Parán. Y empezaron a partir por primera vez, conforme a la orden de Jehová por medio de Moisés” (Números 10:11-13). El 20 de Ziv, 1512 AEC, representa la fecha de la primera vez que Jehová tuvo un pueblo de santos, representado por Israel, completamente estructurado espiritualmente, con un templo, en forma de tabernáculo y un sacerdocio instalado (que procede a los sacrificios constantes).