SCRIPTURAE PRIMUM ET SOLUM
LA PROMESA DE DIOS SE CUMPLIRÁ
"Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón"
(Génesis 3:15)
Explicación detallada de este enigma bíblico
1 - El Pacto con Abrahán
2 - El Pacto de la Circuncisión
3 - El Pacto de la Ley
4 - El Nuevo Pacto
5 - El Pacto para un Reino
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Alegría en la esperanza cristiana de la vida eterna
El gozo de la esperanza es la fuente de nuestro aguante
"Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca"
(Lucas 21:28)
Después de describir los dramáticos acontecimientos que antecederían al fin de este sistema de cosas, en un momento que debería ser de lo más angustioso y que estamos viviendo ahora, Jesucristo dijo a sus discípulos que "levantaran la cabeza", porque el cumplimiento de su esperanza se acercaría.
¿Cómo encontrar gozo estando en las pruebas personales? El apóstol Pablo escribió que debemos seguir el modelo de Jesucristo: "Pues, entonces, porque tenemos tan grande nube de testigos que nos cerca, quitémonos nosotros también todo peso, y el pecado que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mirando atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Sí, consideren con sumo cuidado y atención al que ha aguantado tal habla contraria de pecadores en contra de sus propios intereses, para que no vayan a cansarse y a desfallecer en sus almas" (Hebreos 12:1-3).
La energía del aguante de Jesucristo estaba en el gozo de la esperanza de su futura gloria celestial. Es importante tener aquella energía, para alimentar nuestro aguante, mediante el "gozo" de nuestra esperanza de vida eterna que aguardamos. En cuanto a nuestras pruebas, Jesucristo dijo que las resolviéramos a diario: "Por eso les digo: dejen de angustiarse por su vida, por lo que van a comer y beber; o por su cuerpo, por lo que van a ponerse. Al fin y al cabo, ¿no vale más la vida que el alimento y el cuerpo que la ropa? Observen con atención las aves del cielo. No siembran ni cosechan ni almacenan en graneros, pero su Padre celestial las alimenta. ¿Y acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, por angustiarse, puede alargar un solo codo la duración de su vida? Además, ¿por qué se angustian por la ropa? Aprendan una lección de cómo crecen los lirios del campo. No trabajan duro ni hilan; pero les digo que ni siquiera Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. Entonces, si Dios viste así a la vegetación del campo, que hoy está aquí y mañana se echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con mucha más razón, gente de poca fe? Así que nunca se angustien+ y digan: ‘¿Qué vamos a comer?’, o ‘¿Qué vamos a beber?’, o ‘¿Qué vamos a ponernos?’. Porque es la gente de las naciones* la que busca todas estas cosas con tanto empeño. Su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas" (Mateo 6:25-32). El principio es simple, debemos usar el presente, es decir el día en que estamos, para resolver nuestros problemas que nos acaecen, poniendo nuestra confianza en Dios, para que nos ayude a encontrar una solución: “Por lo tanto, sigan buscando primero el Reino y la justicia de Dios, y entonces recibirán también todas esas cosas. Así que nunca se angustien por el día siguiente, porque el día siguiente traerá sus propias preocupaciones. Bastante hay con los problemas de cada día” (Mateo 6:33,34). La aplicación de este principio nos ayudará a administrar mejor nuestra energía mental y emocional para afrontar nuestros problemas diarios. Jesucristo desaconseja la anticipación excesiva, hasta exagerada y mórbida de los problemas que podrían agobiar y quitar toda la energía espiritual (compárese con Marcos 4:18,19).
Para volver al estímulo presentado en Hebreos 12:1-3, necesitamos usar nuestra capacidad mental para proyectarnos hacia el futuro a través del gozo de la esperanza, que es parte del fruto del espíritu santo: "Por otra parte, el fruto del espíritu es amor, felicidad, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, apacibilidad, autocontrol. No hay ley en contra de esas cosas" (Gálatas 5:22,23). Está escrito en la Biblia que Jehová es un Dios feliz y que el cristiano predica las "buenas nuevas del Dios feliz" (1 Timoteo 1:11). Mientras que este sistema de cosas nunca ha estado tanto en las tinieblas espirituales, debemos enfocarnos en la luz de las buenas nuevas que compartimos, pero también en el gozo de nuestra esperanza que queremos irradiar sobre los demás como una luz: "Ustedes son la luz del mundo. No se puede esconder una ciudad que está en lo alto de una montaña. Nadie enciende una lámpara para luego taparla con una canasta, sino que la pone en el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa. De la misma manera, hagan brillar su luz a la vista de la gente. Que vean sus buenas obras y así le den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos" (Mateo 5:14-16). El siguiente artículo, basado en la esperanza de la vida eterna, ha sido desarrollado con este objetivo del gozo en la esperanza: "Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es su galardón en los cielos" (Mateo 5:12)… Hagamos del gozo de Jehová nuestra fortaleza: “Porque el gozo de Jehová es su plaza fuerte” (Nehemías 8:10).
El relato de los evangelios acerca de la resurrección de Jesucristo para fortalecer nuestra fe en la esperanza cristiana de la vida eterna
Introducción
El objetivo de esta meditación sobre los diferentes relatos de la resurrección de Jesucristo, es doble: el primero es, como indica el título principal, animar a los que tienen fe en la esperanza cristiana de la resurrección y de la vida eterna (Juan 3:16,36). La segunda, es mostrar que según la Biblia, es una garantía dada por Dios, que la resurrección de los muertos será efectiva. Es precisamente el apóstol Pablo quien lo escribe en 1 Corintios capítulo 15, dedicado especialmente a este tema de la resurrección. Mientras que algunas personas en la congregación dijeron que no habría resurrección, el apóstol Pablo escribió esto en respuesta:
"Ahora bien, si de Cristo se está predicando que él ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos entre ustedes que no hay resurrección de los muertos? Realmente, si no hay resurrección de los muertos, tampoco ha sido levantado Cristo. Pero si Cristo no ha sido levantado, nuestra predicación ciertamente es en vano, y nuestra fe es en vano. Además, también se nos halla falsos testigos de Dios, porque hemos dado testimonio contra Dios de que él levantó al Cristo, pero a quien no levantó si los muertos verdaderamente no han de ser levantados. Porque si los muertos no han de ser levantados, tampoco ha sido levantado Cristo. Además, si Cristo no ha sido levantado, la fe de ustedes es inútil; todavía están en sus pecados. De hecho, también, los que se durmieron [en la muerte] en unión con Cristo perecieron. Si solo en esta vida hemos esperado en Cristo, de todos los hombres somos los más dignos de lástima" (1 Corintios 15:12-19; el lector que lo desee puede leer todo el capítulo 15, sobre las diferentes resurrecciones).
Un último punto, en cuanto los diferentes relatos de las apariciones de Jesucristo resucitado, y esto, durante cuarenta días, antes de su ascensión. Podrá notar algo sorprendente, es que los discípulos no lo reconocían de inmediato, como si su rostro hubiera cambiado. Fue reconocido por su forma de ser anterior, como partir el pan, o la forma de pronunciar el nombre de seres queridos como María Magdalena. ¿Por qué? En 1 Corintios 15:45 está escrito: "Así también está escrito: “El primer hombre, Adán, llegó a ser alma viviente”. El último Adán llegó a ser un espíritu dador de vida". Este texto muestra que Jesucristo resucitado, lo fue como espíritu, y un espíritu o ángel, generalmente no se ve con ojos humanos. Para hacer comprender a sus discípulos que efectivamente había resucitado de entre los muertos, se vistió de un cuerpo humano, cuyo rostro no siempre era reconocible por sus discípulos.
***
Una mujer generosa: "Ella hizo lo que pudo" (Marcos 14:8)
"Y mientras él estaba en Betania, en casa de Simón el leproso, estando reclinado a la mesa, vino una mujer con una cajita de alabastro llena de aceite perfumado, nardo genuino, muy costoso. Rompiendo la cajita de alabastro, ella se puso a derramarlo sobre la cabeza de él. Al ver esto, hubo algunos que expresaban indignación entre sí: “¿Por qué se ha efectuado este desperdicio del aceite perfumado? ¡Pues este aceite perfumado pudiera haberse vendido por más de trescientos denarios y haberse dado a los pobres!”. Y estaban muy disgustados con ella. Pero Jesús dijo: “Déjenla. ¿Por qué tratan de causarle molestia? Excelente obra ha hecho ella para conmigo. Porque siempre tienen a los pobres con ustedes, y cuando quieran pueden hacerles bien, pero a mí no siempre me tienen. Ella hizo lo que pudo; se anticipó a ponerme aceite perfumado sobre el cuerpo en vista del entierro. En verdad les digo: Dondequiera que se prediquen las buenas nuevas en todo el mundo, lo que hizo esta mujer también se contará para recuerdo de ella” (Marcos 14:3- 9).
La generosidad de aquella mujer es similar a la de la viuda pobre que Jesucristo vio: "Ahora bien, al levantar la vista, vio a los ricos que echaban sus dádivas en las arcas de la tesorería. Entonces vio a cierta viuda necesitada echar allí dos monedas pequeñas de ínfimo valor, y dijo: “En verdad les digo: Esta viuda, aunque pobre, echó más que todos ellos. Porque todos estos echaron dádivas de lo que les sobra, mas esta echó, de su indigencia, todo el medio de vivir que tenía”" (Lucas 21:1-4). Así, Jesucristo percibe el más mínimo esfuerzo que hacemos con todos nuestros corazones para servir a su Padre (Mateo 7:21).
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- El valor de José de Arimatea que le pide a Pilato, el gobernador romano de Judea, el cuerpo sin vida del Cristo:
Al leer relatos históricas, en este caso, los Evangelios, conocemos el final. Sin embargo, los personajes que vivían aquellas situaciones a veces peligrosas y aterradoras, no sabían las consecuencias de sus valientes decisiones, por ejemplo, el encarcelamiento o todo tipo de maltratos. Entre aquellos personajes valientes, que la Biblia menciona, se encuentra José de Arimatea, un hombre que pidió el cuerpo de Cristo para que tuviera un entierro adecuado. La nobleza de José de Arimatea, por su gesto, es que hizo que su tumba fuera disponible, que se había preparado especialmente para él (José de Arimatea), para el cuerpo de Cristo. El relato de Marcos 15, lo describe como un hombre "estimable" y su acto delante de Pilato, que había decretado la sentencia de muerte de Cristo, como siendo "valeroso".
"Entonces, como era hora avanzada de la tarde, vino un hombre rico de Arimatea, de nombre José, que también se había hecho discípulo de Jesús. Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se lo entregaran. Y José tomó el cuerpo, lo envolvió en un lino limpio y fino, y lo puso en su nueva tumba conmemorativa, que había labrado en la masa rocosa. Y, después de hacer rodar una piedra grande a la puerta de la tumba conmemorativa, se fue. Pero María Magdalena y la otra María continuaron allí, sentadas enfrente del sepulcro" (Mateo 27:57-61).
"Entonces, como ya era una hora avanzada de la tarde, y puesto que era Preparación, es decir, la víspera del sábado, vino José de Arimatea, miembro estimable del Consejo, que también esperaba, él mismo, el reino de Dios. Cobrando ánimo, entró ante la presencia de Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Pero Pilato deseaba saber si ya estaba muerto, y, mandando llamar al oficial del ejército, le preguntó si ya había muerto. Entonces, una vez que se aseguró de ello por el oficial del ejército, concedió el cadáver a José. Este, en efecto, compró lino fino, y lo bajó, lo envolvió en el lino fino y lo puso en una tumba que estaba labrada en una masa rocosa; e hizo rodar una piedra hasta la puerta de la tumba conmemorativa. Pero María Magdalena y María la madre de Josés se quedaron mirando dónde había sido puesto" (Marcos 15:42-47).
"Entonces, después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secreto por su temor a los judíos, solicitó de Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato le dio permiso. Por lo tanto, vino y se llevó el cuerpo. También Nicodemo, el hombre que la primera vez vino a él de noche, vino trayendo un rollo de mirra y áloes, como cien libras de ello. De modo que ellos tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con las vendas con especias, así como tienen costumbre los judíos de preparar para el entierro. A propósito, había un huerto en el lugar donde él había sido fijado en el madero, y en el huerto una tumba conmemorativa nueva, en la cual nadie todavía había sido puesto. Allí, pues, a causa de la preparación de los judíos, pusieron a Jesús, porque la tumba conmemorativa estaba cerca " (Juan 19:38-42).
- El día después de la muerte de Cristo, los 15 de Nisán (calendario bíblico judío) Los principales sacerdotes y los fariseos se aseguran de que la tumba de Cristo esté sellada y mantenida bajo vigilancia por dos soldados:
"Al día siguiente, que fue después de la Preparación, los sacerdotes principales y los fariseos se reunieron ante Pilato, y dijeron: “Señor, hemos recordado que ese impostor dijo mientras todavía estaba vivo: ‘Después de tres días he de ser levantado’. Por lo tanto, manda que se asegure el sepulcro hasta el día tercero, para que nunca vengan sus discípulos, y lo hurten, y digan al pueblo: ‘¡Fue levantado de entre los muertos!’, y esta última impostura será peor que la primera”. Pilato les dijo: “Tienen guardia. Vayan y asegúrenlo lo mejor que sepan”. De modo que ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y teniendo la guardia" (Mateo 27:62-66).
- Jesucristo resucitado aparece a las mujeres que vinieron muy temprano por la mañana del domingo 16 de Nisán:
"Después del sábado, cuando esclarecía el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro. Y, ¡atención!, había ocurrido un gran terremoto; porque el ángel de Jehová había descendido del cielo, y se había acercado, y había hecho rodar la piedra, y estaba sentado sobre ella. Su apariencia exterior era como el relámpago; y su ropa, blanca como la nieve. Sí, por temor a él los guardias temblaron y quedaron como muertos. Pero el ángel, tomando la palabra, dijo a las mujeres: “No teman, porque sé que buscan a Jesús, que fue fijado en un madero. No está aquí, porque ha sido levantado, como dijo. Vengan, vean el lugar donde yacía. Y vayan de prisa y digan a sus discípulos que él ha sido levantado de entre los muertos, y, ¡miren!, va delante de ustedes a Galilea; allí lo verán. ¡Miren! Se lo he dicho”. De modo que ellas, yéndose de prisa de la tumba conmemorativa, con temor y gran gozo, corrieron a informarlo a sus discípulos. Y, ¡mire!, Jesús se encontró con ellas y dijo: “¡Buenos días!”. Ellas se acercaron y lo asieron de los pies y le rindieron homenaje. Entonces Jesús les dijo: “¡No teman! Vayan, informen a mis hermanos, para que se vayan a Galilea; y allí me verán”" (Mateo 28:1-10).
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- Las mujeres anuncian las buenas nuevas de la resurrección de Jesucristo a los apóstoles que no las creen:
"El primer día de la semana, sin embargo, fueron muy de mañana a la tumba, llevando las especias que habían preparado. Pero hallaron removida la piedra de la tumba conmemorativa, y cuando entraron no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban perplejas sobre esto, ¡mira!, se pusieron junto a ellas dos varones en ropa fulgurante. Como ellas se atemorizaron y tenían los rostros inclinados hacia el suelo, los hombres les dijeron: “¿Por qué buscan al Vivo entre los muertos? [No está aquí, sino que ha sido levantado.] Recuerden cómo les habló mientras todavía estaba en Galilea, diciendo que el Hijo del hombre tenía que ser entregado en manos de hombres pecadores y ser fijado en un madero y, sin embargo, levantarse al tercer día”. De modo que ellas se acordaron de sus dichos, y regresaron de la tumba conmemorativa e informaron todas estas cosas a los once y a todos los demás. Eran María la Magdalena, y Juana, y María la madre de Santiago. También, las demás mujeres que estaban con ellas decían estas cosas a los apóstoles. Sin embargo, a ellos estos dichos les parecieron como tonterías, y no quisieron creer a las mujeres" (Lucas 24:1-11).
- Pedro y Juan corren a la tumba para verificar el relato de las mujeres:
"El primer día de la semana, María Magdalena vino a la tumba conmemorativa temprano, mientras todavía había oscuridad, y contempló la piedra ya quitada de la tumba conmemorativa. De modo que corrió y vino a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien le tenía cariño Jesús, y les dijo: “Han quitado al Señor de la tumba conmemorativa, y no sabemos dónde lo han puesto”. Entonces Pedro y el otro discípulo salieron y se dirigieron hacia la tumba conmemorativa. Sí, los dos juntos echaron a correr; pero el otro discípulo corrió delante de Pedro, más aprisa, y llegó primero a la tumba conmemorativa. Y, agachándose, contempló las vendas echadas, sin embargo, no entró. Entonces llegó también Simón Pedro, que le seguía, y entró en la tumba conmemorativa. Y vio las vendas echadas, también el paño que había estado sobre la cabeza de él, no echado con las vendas, sino aparte, arrollado en un lugar. En aquel momento, pues, el otro discípulo que había llegado primero a la tumba conmemorativa también entró, y vio y creyó. Porque todavía no discernían la escritura de que él tenía que levantarse de entre los muertos. De modo que los discípulos se volvieron a casa " (Juan 20:1-10).
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- María la Magdalena se encuentra con Jesucristo resucitado, que no reconoce y lo toma por el jardinero:
"María, sin embargo, se quedó de pie fuera, junto a la tumba conmemorativa, llorando. Entonces, mientras lloraba, se agachó para mirar dentro de la tumba conmemorativa y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabeza y uno a los pies donde había yacido el cuerpo de Jesús. Y le dijeron: “Mujer, ¿por qué lloras?”. Les dijo: “Han quitado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto”. Después de decir estas cosas, ella se volvió atrás y vio a Jesús de pie, pero no discernió que era Jesús. Jesús le dijo: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Ella, imaginándose que era el hortelano, le dijo: “Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo quitaré”. Jesús le dijo: “¡María!”. Al volverse, le dijo ella en hebreo: “¡Rabboni!” (que significa: “¡Maestro!”). Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes’”. María Magdalena fue y llevó las nuevas a los discípulos: “¡He visto al Señor!”, y que él le había dicho estas cosas " (Juan 20:11-18).
- Los dos discípulos hablando con Jesucristo resucitado, sin saberlo, en el camino a Emaús:
"Pero, ¡mira!, aquel mismo día dos de ellos iban caminando a una aldea que dista unos once kilómetros de Jerusalén, Emaús por nombre, y estaban conversando el uno con el otro de todas estas cosas que habían sucedido. Ahora bien, mientras iban conversando y hablando, Jesús mismo se acercó y se puso a andar con ellos; pero se impidió que los ojos de ellos lo reconocieran. Él les dijo: “¿Qué asuntos son estos que consideran entre ustedes mientras van andando?”. Y ellos se detuvieron con rostros tristes. En respuesta, el que tenía por nombre Cleopas le dijo: “¿Moras tú solo como forastero en Jerusalén y por eso no sabes las cosas que han ocurrido en ella en estos días?”. Y él les dijo: “¿Qué cosas?”. Ellos le dijeron: “Las cosas respecto a Jesús el Nazareno, que vino a ser profeta poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo lo entregaron nuestros sacerdotes principales y gobernantes a sentencia de muerte y lo fijaron en un madero. Pero nosotros esperábamos que este fuera el que estaba destinado a librar a Israel; sí, y además de todas estas cosas, este es ya el tercer día desde que han ocurrido estas cosas. Por otra parte, ciertas mujeres de entre nosotros también nos han pasmado, porque muy de mañana habían estado en la tumba conmemorativa, pero no hallaron el cuerpo de él, y vinieron diciendo que también habían visto una vista sobrenatural de ángeles, los cuales dijeron que él está vivo. Además de eso, algunos de los que estaban con nosotros se fueron a la tumba conmemorativa; y hallaron que así era, exactamente como las mujeres habían dicho, pero a él no lo vieron”. De modo que él les dijo: “¡Oh insensatos y lentos de corazón para creer en todas las cosas que hablaron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo sufriera estas cosas y entrara en su gloria?”. Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas les interpretó cosas referentes a él en todas las Escrituras. Por fin se acercaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. Pero ellos fueron muy insistentes con él, y dijeron: “Quédate con nosotros, porque casi anochece y el día ya ha declinado”. Ante aquello, él entró a quedarse con ellos. Y estando reclinado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y empezó a dárselo. Con esto, a ellos se les abrieron los ojos completamente y lo reconocieron; y él desapareció de ante ellos. Y ellos se dijeron el uno al otro: “¿No nos ardía el corazón cuando él venía hablándonos por el camino, cuando nos estaba abriendo por completo las Escrituras?”. Y en aquella misma hora se levantaron y volvieron a Jerusalén, y hallaron congregados a los once y a los que estaban con ellos, que decían: “¡Es un hecho que el Señor ha sido levantado y se ha aparecido a Simón!”. Entonces ellos mismos contaron lo que había sucedido en el camino, y cómo se les dio a conocer en el acto de partir el pan" (Lucas 24:13-35).
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- Jesucristo resucitado se presenta a sus discípulos:
"Mientras estaban hablando de estas cosas, él mismo se puso de pie en medio de ellos y les dijo: “Tengan paz”. Pero porque estaban aterrados, y se habían atemorizado, se imaginaban que contemplaban un espíritu. Por eso les dijo: “¿Por qué están perturbados, y por qué se suscitan dudas en su corazón? Vean mis manos y mis pies, que soy yo mismo; pálpenme y vean, porque un espíritu no tiene carne y huesos así como contemplan que yo tengo”. Y al decir esto les mostró las manos y los pies. Pero mientras todavía no creían de puro gozo, y seguían admirados, les dijo: “¿Tienen ahí algo de comer?”. Y le dieron un pedazo de pescado asado; y lo tomó y lo comió delante de los ojos de ellos. En seguida les dijo: “Estas son mis palabras que les hablé mientras todavía estaba con ustedes, que todas las cosas escritas en la ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos acerca de mí tenían que cumplirse”. Entonces les abrió la mente por completo para que captaran el significado de las Escrituras, y les dijo: “De esta manera está escrito que el Cristo sufriría y se levantaría de entre los muertos al tercer día, y sobre la base de su nombre se predicaría arrepentimiento para perdón de pecados en todas las naciones... comenzando desde Jerusalén, ustedes han de ser testigos de estas cosas. Y, ¡miren!, envío sobre ustedes lo que está prometido por mi Padre. Ustedes, sin embargo, permanezcan en la ciudad hasta que lleguen a estar revestidos de poder desde lo alto”" (Lucas 24:36-49).
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- Jesucristo resucitado aparece al apóstol Tomás que no creyó a los otros discípulos, informándole que lo habían visto en un momento en que no estaba presente:
"Entonces, cuando se hizo tarde aquel día, el primero de la semana, y, aunque las puertas donde estaban los discípulos estaban aseguradas con cerradura por temor a los judíos, Jesús vino y estuvo de pie en medio de ellos, y les dijo: “Tengan paz”. Y después de decir esto, les mostró las manos y también el costado. Entonces los discípulos se regocijaron al ver al Señor. Jesús, por eso, les dijo otra vez: “Tengan paz. Así como el Padre me ha enviado, yo también los envío”. Y después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban espíritu santo. Si ustedes perdonan los pecados de cualesquiera personas, les quedan perdonados; si retienen los de cualesquiera personas, quedan retenidos”. Pero Tomás, uno de los doce, que se llamaba El Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Por consiguiente, los otros discípulos le decían: “¡Hemos visto al Señor!”. Pero él les dijo: “A menos que vea en sus manos la impresión de los clavos y meta mi dedo en la impresión de los clavos y meta mi mano en su costado, de ninguna manera creeré”. Ahora bien, ocho días después, sus discípulos estaban dentro otra vez, y Tomás con ellos. Jesús vino, aunque las puertas estaban aseguradas con cerradura, y estuvo de pie en medio de ellos y dijo: “Tengan paz”. Dijo entonces a Tomás: “Pon tu dedo aquí, y ve mis manos, y toma tu mano y métela en mi costado, y deja de ser incrédulo, y hazte creyente”. En contestación, Tomás le dijo: “¡Mi Señor y mi Dios!”. Jesús le dijo: “¿Porque me has visto has creído? Felices son los que no ven y sin embargo creen”. Por supuesto, Jesús también ejecutó muchas otras señales delante de los discípulos, que no están escritas en este rollo. Pero estas han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y que, a causa de creer, tengan vida por medio de su nombre" (Juan 20:19-31).
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- Jesucristo resucitado aparece en la playa del mar de Tiberiades, es reconocido por sus discípulos mediante una pesca milagrosa. Luego anima al apóstol Pedro a pastorear a las ovejas espirituales:
"Después de estas cosas Jesús se manifestó otra vez a los discípulos junto al mar de Tiberíades; pero hizo la manifestación de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro y Tomás, que se llamaba El Gemelo, y Natanael de Caná de Galilea y los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar”. Ellos le dijeron: “Vamos también nosotros contigo”. Salieron y subieron a la barca, mas durante aquella noche no pescaron nada. Sin embargo, justamente cuando estaba amaneciendo, Jesús estuvo de pie en la playa, pero los discípulos, por supuesto, no discernieron que era Jesús. Entonces Jesús les dijo: “Niñitos, no tienen nada de comer, ¿verdad?”. Le contestaron: “¡No!”. Él les dijo: “Echen la red al lado derecho de la barca, y hallarán”. Entonces la echaron, pero ya no podían sacarla a causa de la multitud de peces. Por lo tanto, aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”. Entonces Simón Pedro, al oír que era el Señor, se ciñó su prenda de vestir de encima, porque estaba desnudo, y se lanzó al mar. Pero los otros discípulos vinieron en la barquilla, pues no estaban lejos de tierra, solamente a unos noventa metros de ella, arrastrando la red de peces. Sin embargo, cuando salieron de la barca a tierra, contemplaron un fuego de carbón puesto allí, y pescado puesto encima, y pan. Jesús les dijo: “Traigan de los peces que acaban de pescar”. Simón Pedro, por lo tanto, subió a bordo, y sacó a tierra la red llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres. Pero aunque había tantos, la red no se reventó. Jesús les dijo: “Vengan, desayúnense”. Ni uno de los discípulos tuvo el ánimo de inquirir de él: “Tú, ¿quién eres?”, porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó y tomó el pan y se lo dio, y así mismo el pescado. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de haber sido levantado de entre los muertos. Pues bien, cuando se hubieron desayunado, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón hijo de Juan, ¿me amas más que a estos?”. Él le dijo: “Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño”. Le dijo: “Apacienta mis corderos”. De nuevo le dijo, por segunda vez: “Simón hijo de Juan, ¿me amas?”. Él le dijo: “Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño”. Le dijo: “Pastorea mis ovejitas”. Le dijo por tercera vez: “Simón hijo de Juan, ¿me tienes cariño?”. Pedro se contristó de que por tercera vez le dijera: “¿Me tienes cariño?”. De modo que le dijo: “Señor, tú sabes todas las cosas; tú bien sabes que te tengo cariño”. Le dijo Jesús: “Apacienta mis ovejitas. Muy verdaderamente te digo: Cuando eras más joven, tú mismo te ceñías y andabas por donde querías. Pero cuando envejezcas extenderás las manos y otro te ceñirá y te cargará a donde no desees”. Esto lo dijo para significar con qué clase de muerte glorificaría a Dios. Entonces, cuando hubo dicho esto, le dijo: “Continúa siguiéndome”. Volviéndose, Pedro vio al discípulo a quien Jesús amaba, que venía siguiendo, el que en la cena también se había recostado sobre su pecho y dicho: “Señor, ¿quién es el que te traiciona?”. Por eso, cuando alcanzó a verlo, Pedro dijo a Jesús: “Señor, ¿qué [hará] este?”. Jesús le dijo: “Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso? Tú continúa siguiéndome”. Por consiguiente, entre los hermanos salió este dicho: que aquel discípulo no moriría. Sin embargo, Jesús no le dijo que no moriría, sino: “Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso?”. Este es el discípulo que da testimonio acerca de estas cosas y que escribió estas cosas, y sabemos que el testimonio que él da es verdadero. Hay, de hecho, muchas otras cosas también que Jesús hizo, que, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribieran " (Juan 21:1-25).
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- El relato de la ascención de Jesucristo resucitado:
"Sin embargo, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús les había ordenado, y cuando lo vieron, le rindieron homenaje; pero algunos dudaron. Y Jesús se acercó y les habló, diciendo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”" (Mateo 28:16-20).
"Mas los condujo fuera, hasta Betania, y alzó las manos y los bendijo. Mientras los bendecía, fue separado de ellos y comenzó a ser llevado arriba al cielo. Y ellos le rindieron homenaje y regresaron a Jerusalén con gran gozo. Y estaban de continuo en el templo bendiciendo a Dios" (Lucas 24:50-53).
"Pues bien, cuando se hubieron congregado, se pusieron a preguntarle: “Señor, ¿estás restaurando el reino a Israel en este tiempo?”. Les dijo: “No les pertenece a ustedes adquirir el conocimiento de los tiempos o sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción; pero recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra”. Y después que hubo dicho estas cosas, estando ellos mirando, fue elevado, y una nube se lo llevó de la vista de ellos. Y estando ellos mirando con fijeza al cielo mientras él se iba, también, ¡mira!, dos varones con prendas de vestir blancas estuvieron de pie al lado de ellos, y dijeron: “Varones de Galilea, ¿por qué están de pie mirando al cielo? Este Jesús que fue recibido de entre ustedes arriba al cielo, vendrá así de la misma manera como lo han contemplado irse al cielo”" (Hechos 1:6-11).
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- Jesucristo glorificado aparece a Saulo de Tarso (que más tarde se llamará el apóstol Pablo), queda cegado durante tres días. Luego, le aparece a un discípulo llamado Ananías para bautizar a Saulo:
"Pero Saulo, respirando todavía amenaza y asesinato contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que pudiera traer atados a Jerusalén a cualesquiera que hallara que pertenecieran al Camino, tanto a varones como a mujeres. Ahora bien, al ir viajando se acercó a Damasco, cuando de repente una luz del cielo fulguró alrededor de él, y él cayó a tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?”. Dijo él: “¿Quién eres, Señor?”. Él dijo: “Soy Jesús, a quien estás persiguiendo. 6 Sin embargo, levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que tienes que hacer”. Ahora bien, los varones que viajaban con él estaban parados sin poder hablar, oyendo, en realidad, el sonido de una voz, pero sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía abiertos los ojos, no veía nada. De modo que lo llevaron de la mano y lo condujeron a Damasco. Y por tres días no vio nada, y ni comió ni bebió. Había en Damasco cierto discípulo de nombre Ananías, y el Señor le dijo en una visión: “¡Ananías!”. Él dijo: “Aquí estoy, Señor”. El Señor le dijo: “Levántate, ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un hombre cuyo nombre es Saulo, de Tarso. Porque, ¡mira!, está orando, y en una visión ha visto que un varón por nombre Ananías entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista”. Pero Ananías contestó: “Señor, he oído de muchos acerca de este varón, cuántas cosas perjudiciales hizo a tus santos en Jerusalén. Y aquí tiene autoridad de parte de los sacerdotes principales para poner en cadenas a todos los que invocan tu nombre”. Pero el Señor le dijo: “Ponte en camino, porque este hombre me es un vaso escogido para llevar mi nombre a las naciones así como a reyes y a los hijos de Israel. Porque le mostraré claramente cuántas cosas tendrá que sufrir por mi nombre”" (Hechos 9:1-16).
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- La visión del apóstol Juan, de Jesucristo glorificado, entonces muy avanzado en edad, en el principio de la narrativa del libro del Apocalipsis: están en el Santo del Templo Santuario espiritual:
" Yo Juan, hermano de ustedes y partícipe con ustedes en la tribulación y reino y aguante en compañía con Jesús, llegué a estar en la isla que se llama Patmos por hablar acerca de Dios y por dar testimonio de Jesús. Por inspiración llegué a estar en el día del Señor, y oí detrás de mí una voz poderosa como la de una trompeta, que decía: “Lo que ves, escríbelo en un rollo y envíalo a las siete congregaciones, en Éfeso y en Esmirna y en Pérgamo y en Tiatira y en Sardis y en Filadelfia y en Laodicea”. Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo, y, habiéndome vuelto, vi siete candelabros de oro, y en medio de los candelabros a alguien semejante a un hijo de hombre, vestido de una prenda de vestir que llegaba hasta los pies, y ceñido por los pechos con un cinturón de oro. Además, su cabeza y su cabello eran blancos como lana blanca, como nieve, y sus ojos como una llama de fuego; y sus pies eran semejantes al cobre fino cuando fulgura en el horno; y su voz era como el sonido de muchas aguas. Y en su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada larga de dos filos, y su semblante era como el sol cuando resplandece en su poder. Y cuando lo vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su mano derecha sobre mí y dijo: “No tengas temor. Yo soy el Primero y el Último, y el viviente; y llegué a estar muerto, pero, ¡mira!, vivo para siempre jamás, y tengo las llaves de la muerte y del Hades. Por lo tanto, escribe las cosas que viste, y las cosas que son y las cosas que se efectuarán después de estas. En cuanto al secreto sagrado de las siete estrellas que viste sobre mi mano derecha, y de los siete candelabros de oro: Las siete estrellas significan [los] ángeles de las siete congregaciones, y los siete candelabros significan siete congregaciones" (Apocalipsis 1:9-20).
Aquella visión que tuvo el apóstol Juan, que en aquel entonces podría tener entre 90 y 100 años (96 Era Común), parece corresponder a la predicción de Jesucristo resucitado, que hizo al apóstol Pedro, acerca de Juan, a saber, ver a Jesús glorificado, en su regreso (Juan 21 la parte de la conversación entre Jesús y Pedro).
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- La visión del apóstol Juan de Jesucristo glorificado, en la narrativa del Libro del Apocalipsis, como jinete que sale contra las naciones con una espada afilada:
"Y vi cuando el Cordero abrió uno de los siete sellos, y oí a una de las cuatro criaturas vivientes decir con voz como de trueno: “¡Ven!”. Y vi, y, ¡miren!, un caballo blanco; y el que iba sentado sobre él tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo y para completar su victoria" (Apocalipsis 6:1,2).
"Y vi el cielo abierto, y, ¡miren!, un caballo blanco. Y el que iba sentado sobre él se llama Fiel y Verdadero, y juzga y se ocupa en guerrear con justicia. Sus ojos son una llama de fuego, y sobre su cabeza hay muchas diademas. Tiene un nombre escrito que nadie conoce sino él mismo, y está vestido de una prenda de vestir exterior rociada de sangre, y el nombre con que se le llama es La Palabra de Dios. 14 También, los ejércitos que estaban en el cielo le seguían en caballos blancos, y estaban vestidos de lino fino, blanco y limpio. Y de su boca sale una aguda espada larga, para que hiera con ella a las naciones, y las pastoreará con vara de hierro. Pisa también el lagar de vino de la cólera de la ira de Dios el Todopoderoso. Y sobre su prenda de vestir exterior, aun sobre su muslo, tiene un nombre escrito: Rey de reyes y Señor de señores" (Apocalipsis 19:11-16).
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- Las visiones del Apocalipsis, acerca de Jesucristo glorificado como Rey y Sumo Sacerdote, deben hacernos pensar. Jesucristo ya no es un niño inofensivo en un pesebre. Jesucristo ya no es la representación de un hombre sacrificado y muerto, clavado de manos y pies con el costado atravesado por una lanza. Jesucristo es actualmente Rey y Sumo Sacerdote que tiene derecho de vida y muerte sobre cada uno de nosotros, los vivos, pero también sobre los muertos que serán resucitados. El Jesucristo resucitado (Yehoshuah Mashiah) dijo poco antes de su ascensión que su Padre Jehová Dios (YHWH Elohim) le había dado toda autoridad (Mateo 28:19,20). Además, aquí hay dos pasajes bíblicos que ilustrarán este punto de enseñanza importante, permitiéndonos ver en Jesucristo a un Rey ahora en el cargo, ambos benévolos, pero también temible (o reverencialmente temible):
"No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?’. Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obradores del desafuero" (Mateo 7:21-23).
"Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda.
”Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. Porque me dio hambre, y ustedes me dieron de comer; me dio sed, y me dieron de beber. Fui extraño, y me recibieron hospitalariamente; desnudo estuve, y me vistieron. Enfermé, y me cuidaron. Estuve en prisión, y vinieron a mí’. Entonces los justos le contestarán con las palabras: ‘Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed, y te dimos de beber?¿Cuándo te vimos extraño y te recibimos hospitalariamente, o desnudo, y te vestimos?¿Cuándo te vimos enfermo, o en prisión, y fuimos a ti?’. Y en respuesta el rey les dirá: ‘En verdad les digo: Al grado que lo hicieron a uno de los más pequeños de estos hermanos míos, a mí me lo hicieron’.
”Entonces dirá, a su vez, a los de su izquierda: ‘Váyanse de mí, ustedes que han sido maldecidos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque me dio hambre, pero ustedes no me dieron de comer, y me dio sed, pero no me dieron de beber. Fui extraño, pero no me recibieron hospitalariamente; desnudo estuve, pero no me vistieron; enfermo y en prisión, pero no me cuidaron’. Entonces ellos también contestarán con las palabras: ‘Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, o con sed, o extraño, o desnudo, o enfermo, o en prisión, y no te ministramos?’. Entonces les contestará con las palabras: ‘En verdad les digo: Al grado que no lo hicieron a uno de estos más pequeños, no me lo hicieron a mí’. Y estos partirán al cortamiento eterno, pero los justos a la vida eterna" (Mateo 25:31-46; ver también Salmo 2 y Apocalipsis capítulos 1-3).
LA VIDA ETERNA MEDIANTE LA LIBERACIÓN DE LA HUMANIDAD, RESCATADA POR EL SACRIFICIO DE JESUCRISTO (MATEO 20:28)
“Y Jehová mismo volvió atrás la condición de cautiverio de Job cuando este oró a favor de sus compañeros, y Jehová empezó a dar, además, todo lo que había sido de Job, en cantidad doble” (Job 42:10). Será lo mismo para todos los serán parte de la Gran Muchedumbre que sobrevivan la gran tribulación. Jehová Dios, por medio de Jesús Cristo Rey, se recordará cariñosamente de ellos, colmándolos de bendiciones, como lo recordó el discípulo de Santiagos: “¡Miren! Pronunciamos felices a los que han aguantado. Ustedes han oído del aguante de Job y han visto el resultado que Jehová dio, que Jehová es muy tierno en cariño, y misericordioso” (Santiago 5:11).
LA LIBERACIÓN DE LA HUMANIDAD : LAS CURACIONES MILAGROSAS
“Y ningún residente dirá: “Estoy enfermo”. La gente que more en [la tierra] constará de los que habrán sido perdonados por su error” (Isaías 33:24).
“En aquel tiempo los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán destapados. 6 En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado aguas, y torrentes en la llanura desértica” (Isaías 35:5,6).
LA LIBERACIÓN DE LA HUMANIDAD : EL REJUVENECIMIENTO
“Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil” (Job 33:25).
LA LIBERACIÓN DE LA HUMANIDAD : LA RESURRECCIÓN TERRESTRE
“Y habrá muchos de los que están dormidos en el suelo de polvo que despertarán, estos a vida de duración indefinida y aquellos a oprobios [y] a aborrecimiento de duración indefinida” (Daniel 12:2).
"Tengo esperanza en
cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos” (Hechos 24:15) (La administración de las resurrecciones terrestres; resurrección celestial; resurrección terrestre).
LA LIBERACIÓN DE LA HUMANIDAD MEDIANTE LA ADMINISTRACIÓN TERRESTRE DEL REINO DE DIOS
“Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, y el mar ya no existe. 2 Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo. 3 Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. 4 Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado” (Revelación 21:1-4) (La administración terrestre del Reino de Dios) (El Príncipe) (Los Sacerdotes) (Los Levitas).
El justo vivirá para siempre y el inicuo perecerá
“Felices son los de genio apacible, puesto que ellos heredarán la tierra” (Mateo 5:5).
"Y solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será; y ciertamente darás atención a su lugar, y él no será. Pero los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz. El inicuo está maquinando contra el justo, y contra él está crujiendo los dientes. Jehová mismo se reirá de él, porque ciertamente ve que su día vendrá. Los inicuos han desenvainado una espada misma, y han doblado su arco, para hacer caer al afligido y pobre, para degollar a los que son rectos en su camino. Su propia espada entrará en su corazón, y sus propios arcos serán quebrados. (…) Porque los mismísimos brazos de los inicuos serán quebrados, pero Jehová estará sosteniendo a los justos. (…) Porque los inicuos mismos perecerán, y los enemigos de Jehová serán como la preciosidad de prados; tienen que acabarse. En humo tienen que acabarse. (…) Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella (…) Espera en Jehová y guarda su camino, y él te ensalzará para tomar posesión de la tierra. Cuando los inicuos sean cortados, tú lo verás. (…) Vigila al exento de culpa y mantén a la vista al recto, porque el futuro de [ese] hombre será pacífico. Pero los transgresores mismos ciertamente serán aniquilados juntos; el futuro de los inicuos verdaderamente será cortado. Y la salvación de los justos proviene de Jehová; él es su plaza fuerte en el tiempo de angustia. Y Jehová los ayudará y les proveerá escape. Les proveerá escape de los inicuos y los salvará, porque se han refugiado en él” (Salmos 37:10-15, 17, 20, 29, 34, 37-40).
“El propósito es que andes en el camino de los buenos y que guardes las sendas de los justos. Porque los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, serán arrancados de ella. (…) Las bendiciones son para la cabeza del justo, pero en cuanto a la boca de los inicuos, esta encubre violencia. Al recuerdo del justo le espera una bendición, pero el mismísimo nombre de los inicuos se pudrirá” (Proverbios 2:20-22; 10:6,7).
Las guerras cesarán, habrá paz en los corazones y en toda la tierra
“Oyeron ustedes que se dijo: ‘Tienes que amar a tu prójimo y odiar a tu enemigo’. Sin embargo, yo les digo: Continúen amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen; para que demuestren ser hijos de su Padre que está en los cielos, ya que él hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e injustos. Porque si aman a los que los aman, ¿qué galardón tienen? ¿No hacen también la misma cosa los recaudadores de impuestos? Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué cosa extraordinaria hacen? ¿No hace la misma cosa también la gente de las naciones? Ustedes, en efecto, tienen que ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto” (Mateo 5:43-48).
“Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a ustedes; mientras que si no perdonan a los hombres sus ofensas, tampoco perdonará su Padre las ofensas de ustedes” (Mateo 6:14,15).
“Entonces Jesús le dijo: “Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que toman la espada perecerán por la espada”” (Mateo 26:52).
"Vengan, contemplen las actividades de Jehová, como ha establecido acontecimientos pasmosos en la tierra. Hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza; quema los carruajes en el fuego" (Salmos 46:8,9).
“Y él ciertamente dictará el fallo entre las naciones y enderezará los asuntos respecto a muchos pueblos. Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra” (Isaías 2:4).
“Y en la parte final de los días tiene que suceder [que] la montaña de la casa de Jehová llegará a estar firmemente establecida por encima de la cumbre de las montañas, y ciertamente será alzada por encima de las colinas; y a ella tendrán que afluir pueblos. Y muchas naciones ciertamente irán y dirán: “Vengan, y subamos a la montaña de Jehová y a la casa del Dios de Jacob; y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas”. Porque de Sión saldrá ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y él ciertamente dictará el fallo entre muchos pueblos, y enderezará los asuntos respecto a poderosas naciones lejanas. Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzarán espada, nación contra nación, ni aprenderán más la guerra. Y realmente se sentarán, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá nadie que [los] haga temblar; porque la boca misma de Jehová de los ejércitos lo ha hablado” (Miqueas 4:1-4).
Habrá abundancia de alimentos en toda la tierra
"Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia. El fruto de él será como en el Líbano, y los que son de la ciudad florecerán como la vegetación de la tierra" (Salmos 72:16).
"Y él ciertamente dará la lluvia para tu semilla con la cual siembras el terreno, y, como el producto del terreno, pan, el cual tiene que llegar a ser graso y aceitoso. Tu ganado pacerá en aquel día en un prado espacioso" (Isaías 30:23).
Los relatos de los milagros de Jesucristo en la tierra para fortalecer nuestra fe en la vida eterna
Las curaciones hechas por Jesucristo y los apóstoles eran "recreaciones"
Las enfermedades y discapacidades, ya sean virales, bacterianas o relacionadas con accidentes de la vida, que pueden dejar consecuencias irreversibles en el cuerpo humano: mano seca, probablemente una deformación hereditaria o genética (Lucas 6: 6-11), ceguera, por accidente o por herencia genética (Mateo 9:27-31; Lucas 18:35-42), sordera y deterioro de las habilidades motoras del habla (Marcos 7:31-37), la lepra, una enfermedad causada por un bacilo (Mycobacterium leprae) que causa daños al sistema nervioso periférico, la piel y varias partes del cuerpo (Marcos 1:40-42; Lucas 17:11-19). Todas aquellas curaciones milagrosas, y muchas más (Juan 21:25), requerían hasta una "recreación" parcial de la parte del cuerpo humano afectada por la enfermedad o sus secuelas físicas.
La resurrección de Lázaro, el amigo de Jesucristo, fue particularmente espectacular y requirió una recreación significativa, incluso parcial, de su cuerpo para que recobrara la vida (Juan 11:30-44). El relato nos informa que Lázaro había estado muerto durante cuatro días. Cuando Jesucristo pidió que se abriera el sepulcro, Marta, la hermana del difunto, objetó: "Señor, ya debe oler mal, porque hace cuatro días", lo que muestra que el cuerpo de Lázaro comenzaba a descomponerse. La resurrección de Lázaro fue una recreación parcial de su cuerpo humano (palingénesia (en griego) (Mateo 19:28)). Por lo tanto, es evidente que aquellas curaciones milagrosas por "recreación", actualmente ya no existen en las congregaciones cristianas.
Lo escueto y el realismo de los relatos de los milagros
"Entonces se le acercaron grandes muchedumbres, teniendo consigo personas que eran cojas, mancas, ciegas, mudas, y muchas en otras condiciones, y casi se las tiraron a los pies, y él las curó; de modo que la muchedumbre se asombró al ver que los mudos hablaban y los cojos andaban y los ciegos veían, y glorificaron al Dios de Israel"
(Mateo 15:30,31)
Al leer los diversos relatos de curaciones milagrosas en la Biblia, a menudo son simples y concisos. A veces parecen indicar que Jesucristo estaba tomando en cuenta los sentimientos de la persona a la que iba a sanar. Jesucristo tenía un gran discernimiento de lo que pensaban sus interlocutores (Mateo 9:2-8; Lucas 5:17-26 "Y Jesús, conociendo los pensamientos de ellos, dijo: “¿Por qué piensan cosas inicuas en sus corazones?""). Lo que era cierto para ellos también lo era para algunos de las personas que iba a curar. Por ejemplo, en cuanto a la curación de un ciego de nacimiento, en Juan capítulo 9:1-7, Jesucristo le puso a sus ojos, un poco de arcilla que humedeció con su saliva y le ordenó, sin que lo acompañara, que fuera a limpiarse los ojos en el estanque de Siloé. Por otro lado, el relato del evangelio de Marcos 8:22-25, para la curación de otro ciego, está escrito que la gente de un pueblo, le traen un ciego. Jesucristo, tomándolo de la mano, lo conduce fuera del pueblo. Realiza un proceso de curación gradual, de dos pasos para restaurarle la vista, posiblemente para que la persona ciega no sufra de un impacto emocional.
Otro relato de la curación de un sordomudo es muy conmovedor: "Entonces, saliendo él de nuevo de las regiones de Tiro, se fue por Sidón al mar de Galilea y subió por en medio de las regiones de Decápolis. Aquí le trajeron un hombre sordo y con un impedimento del habla, y le suplicaron que pusiera la mano sobre él. Y él se lo llevó aparte de la muchedumbre, en privado, y puso sus dedos en los oídos del hombre y, después de escupir, le tocó la lengua. Y con una mirada al cielo suspiró profundamente y le dijo: “Éffatha”, esto es: “Sé abierto”. Pues bien, las facultades de oír de aquel fueron abiertas, y el impedimento de su lengua fue desatado, y empezó a hablar normalmente. Con eso, él les ordenó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más les ordenaba, tanto más lo proclamaban. De hecho, estaban atónitos de una manera sumamente extraordinaria, y decían: “Todas las cosas las ha hecho bien. Hasta a los sordos hace oír y a los mudos hablar”" (Marcos 7:31-37).
El hecho de que Jesucristo esté levando aquel hombre aparte de la muchedumbre, demuestra que él entiende que tal vez tenga miedo del alboroto de la gente emocionada por saber si va a poder sanarlo. Este sordo y mudo está completamente aprisionado en un silencio absoluto interior. La multitud le presenta a Jesús, a quien se supone que no conoce y que no sabe tampoco lo que va a hacer con él. Así, la descripción del procedimiento de su curación, es quizás una manera que tiene Jesucristo, de hacerle entender al hombre lo que está haciendo, es decir, curarlo ("puso sus dedos en los oídos") con la ayuda de Dios ("con una mirada al cielo").
Los únicos relatos de milagros donde hay voces, gritos, convulsiones, es cuando Jesucristo se enfrenta a demonios que se han apoderado de seres humanos, provocándoles en ocasiones, ataques epilépticos muy violentos (lo que no quiere decir que la epilepsia sea sistemáticamente una enfermedad relacionada al demonismo. El relato de los evangelios, describe la epilepsia como una de las consecuencias de la posesión, que pueden tener otras, como una fuerza humana extraordinaria o dones de adivinación) (Mateo 8:28-34; 17:14-20; Lucas 4:31-37). Sin embargo, la mayoría de los relatos bíblicos de milagros son simples y concisos.
Los dones de curaciones milagrosas eran la acreditación divina de que la persona o grupo de personas tenía la aprobación de Dios y el Espíritu Santo
"Rabí, sabemos que tú como maestro has venido de Dios; porque nadie puede ejecutar estas señales que tú ejecutas a menos que Dios esté con él"
(Juan 3:2)
Fue un maestro de la Ley, honesto y sincero, llamado Nicodemo, quien dijo estas palabras. Asimismo, cuando los apóstoles realizaron tales señales, no había duda para los observadores de que tenían el espíritu santo: "Además, mediante las manos de los apóstoles continuaron efectuándose muchas señales y portentos presagiosos entre el pueblo; y todos estaban de común acuerdo en la columnata de Salomón" (Hechos 5:12-16). Sin embargo, algunos de los fariseos en presencia de Cristo llegaron a disputar esta evidencia. Leamos la respuesta de Cristo:
"Entonces le trajeron un endemoniado, ciego y mudo; y lo curó, de modo que el mudo hablaba y veía. Pues, simplemente se embelesaron todas las muchedumbres, y se pusieron a decir: “¿Acaso no será este el Hijo de David?”. Al oír esto, los fariseos dijeron: “Este no expulsa a los demonios sino por medio de Beelzebub, el gobernante de los demonios”. Conociendo sus pensamientos, él les dijo: “Todo reino dividido contra sí mismo viene a parar en desolación, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no permanecerá en pie. Así mismo, si Satanás expulsa a Satanás, ha llegado a estar dividido contra sí mismo; entonces, ¿cómo podrá estar en pie su reino? Además, si yo expulso a los demonios por medio de Beelzebub, ¿por medio de quién los expulsan los hijos de ustedes? Por eso, ellos serán sus jueces. Pero si es por medio del espíritu de Dios como yo expulso a los demonios, el reino de Dios verdaderamente los ha alcanzado. ¿O cómo puede alguien invadir la casa de un hombre fuerte y arrebatar sus bienes muebles, a menos que primero ate al fuerte? Y entonces saqueará su casa. El que no está de parte mía, contra mí está; y el que no recoge conmigo, desparrama" (Mateo 12:22-30).
Lógicamente, Jesucristo volvió contra ellos esta acusación gratuita de los fariseos con esta sencilla pregunta: "Además, si yo expulso a los demonios por medio de Beelzebub, ¿por medio de quién los expulsan los hijos de ustedes?". Sin embargo, Jesucristo no consideró esta acusación sin ninguna importancia, todo lo contrario. Les dirigió aquella advertencia para que se la tomaran muy en serio; tengan cuidado de no pecar contra el espíritu santo: "Por este motivo les digo: Toda suerte de pecado y blasfemia será perdonada a los hombres, pero la blasfemia contra el espíritu no será perdonada. Por ejemplo, a cualquiera que hable una palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero a cualquiera que hable contra el espíritu santo, no le será perdonado, no, ni en este sistema de cosas ni en el venidero" (Mateo 12:31,32).
Jesucristo y el primer milagro escrito en el Evangelio de Juan, convierte el agua en vino: "Ahora bien, al tercer día se efectuó un banquete de bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. Jesús y sus discípulos también fueron invitados al banquete de bodas. Cuando faltó el vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Pero Jesús le dijo: “¿Qué tengo que ver contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora”. Su madre dijo a los que ministraban: “Todo cuanto les diga, háganlo”. Sucedió que había puestas allí seis tinajas de piedra para agua según lo exigido por los reglamentos de purificación de los judíos, cada una de las cuales podía contener dos o tres medidas de líquido. Jesús les dijo: “Llenen de agua las tinajas de agua”. Y las llenaron hasta el borde. Y les dijo: “Saquen un poco ahora y llévenlo al director del banquete”. De modo que ellos lo llevaron. Pues bien, cuando el director del banquete probó el agua que había sido convertida en vino, pero no sabía de dónde venía, aunque lo sabían los que ministraban que habían sacado el agua, el director del banquete llamó al novio y le dijo: “Todo otro hombre pone primero el vino excelente, y cuando la gente está embriagada, el inferior. Tú has reservado el vino excelente hasta ahora”. Jesús ejecutó esto en Caná de Galilea como principio de sus señales, y puso de manifiesto su gloria; y sus discípulos pusieron su fe en él" (Juan 2:1-11).
Jesucristo sana al hijo de un servidor del rey: "Así que fue otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Ahora bien, había cierto servidor del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaum. Cuando este hombre oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, se fue a donde él y se puso a pedirle que bajara y sanara a su hijo, porque este estaba a punto de morir. Sin embargo, Jesús le dijo: “A menos que ustedes vean señales y prodigios, de ninguna manera creerán”. El servidor del rey le dijo: “Señor, baja antes que mi niñito muera”. Jesús le dijo: “Ponte en camino; tu hijo vive”. El hombre creyó la palabra que Jesús le habló, y se fue. Pero ya mientras iba bajando sus esclavos lo encontraron para decirle que su muchachito vivía. De modo que él se puso a inquirir de ellos la hora en que mejoró de salud. Por consiguiente, le dijeron: “Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre”. De manera que el padre supo que era en la misma hora en que Jesús le había dicho: “Tu hijo vive”. Y él y toda su casa creyeron. De nuevo, esta fue la segunda señal que Jesús ejecutó cuando vino de Judea a Galilea" (Juan 4:46-54).
Jesucristo sana a un hombre poseído por un demonio en Capernaum: "Y bajó a Capernaum, ciudad de Galilea. Y les enseñaba en día de sábado; y estaban atónitos de su modo de enseñar, porque su habla tenía autoridad. Ahora bien, en la sinagoga había un hombre con un espíritu, un demonio inmundo, y este gritó con voz fuerte: “¡Ah! ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús, nazareno? ¿Viniste a destruirnos? Sé exactamente quién eres: el Santo de Dios”. Pero Jesús lo reprendió, y dijo: “Calla, y sal de él”. Entonces, después de derribar al hombre en medio de ellos, el demonio salió de él sin hacerle daño. Ante esto, todos quedaron pasmados, y conversaban unos con otros, y decían: “¿Qué clase de habla es esta, porque con autoridad y poder ordena a los espíritus inmundos, y salen?”. De modo que las noticias respecto a él salían a todo rincón de la comarca" (Lucas 4:31-37).
Jesucristo expulsa demonios en el país de los Gadarenos (actual Jordania, parte oriental del río Jordán, cerca del lago Tiberíades): "Cuando llegó al otro lado, al país de los gadarenos, lo encontraron dos hombres —poseídos de demonios— que salían de entre las tumbas conmemorativas, feroces en extremo, de modo que nadie tenía ánimo para pasar por aquel camino. Y, ¡mire!, gritaron, diciendo: “¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Viniste aquí a atormentarnos antes del tiempo señalado?”. Pero muy lejos de ellos había una piara de muchos cerdos paciendo. De modo que los demonios le suplicaban, diciendo: “Si nos expulsas, envíanos a la piara de cerdos”. Por consiguiente, les dijo: “¡Vayan!”. Ellos salieron y se fueron a los cerdos; y, ¡mire!, toda la piara se precipitó por el despeñadero al mar, y murió en las aguas. Pero los porquerizos huyeron y, yéndose a la ciudad, informaron todo, incluso el asunto de los hombres poseídos de demonios. Y, ¡mire!, toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y, habiéndolo visto, le instaron con ahínco a que se saliera de sus distritos" (Mateo 8:28-34).
Jesucristo sana a la suegra del apóstol Pedro: "Y Jesús, al entrar en la casa de Pedro, vio a la suegra de este acostada y enferma con fiebre. Por consiguiente, le tocó la mano, y la fiebre la dejó, y ella se levantó y se puso a ministrarle" (Mateo 8:14,15).
Jesucristo sana a un hombre con la mano derecha paralizada: "En el transcurso de otro sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y estaba allí un hombre cuya mano derecha estaba seca. Los escribas y fariseos entonces estuvieron observándolo detenidamente para ver si curaría en día de sábado, a fin de hallar alguna manera de acusarlo. Él, sin embargo, conocía sus razonamientos; no obstante, dijo al hombre de la mano seca: “Levántate y ponte de pie en medio”. Y él se levantó y quedó de pie. Entonces Jesús les dijo: “Les pregunto: ¿Es lícito en el sábado hacer bien, o hacer daño?, ¿salvar un alma, o destruirla?”. Y después de mirar alrededor a todos ellos, dijo al hombre: “Extiende la mano”. Él lo hizo, y la mano le fue restaurada. Pero ellos se llenaron de insensatez, y se pusieron a hablar unos con otros en cuanto a qué podrían hacerle a Jesús" (Lucas 6:6-11).
Jesucristo sana a un hombre con hidropesía (edema, acumulación excesiva de líquido en el cuerpo): "Y en una ocasión cuando entró en la casa de cierto gobernante de los fariseos en día de sábado para tomar una comida, lo estaban observando detenidamente. Y, ¡mira!, estaba delante de él cierto hombre que tenía hidropesía. De modo que, tomando la palabra, Jesús habló a los que estaban versados en la Ley y a los fariseos, y dijo: “¿Es lícito curar en sábado, o no?”. Mas ellos guardaron silencio. Con eso, él se asió [del hombre], lo sanó y [lo] despachó. Y les dijo: “¿Quién de ustedes, si su hijo o su toro cae en un pozo, no lo saca inmediatamente en día de sábado?”. Y no pudieron contestar respecto a estas cosas" (Lucas 14:1-6).
Jesucristo sana a un ciego: "Ahora bien, al acercarse él a Jericó, cierto ciego estaba sentado al lado del camino, mendigando. Puesto que este oyó a la muchedumbre que iba pasando, se puso a inquirir lo que significaba esto. Le informaron: “¡Jesús el Nazareno va pasando!”. Con eso, clamó, y dijo: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”. Y los que iban delante empezaron a decirle rigurosamente que se callara, pero mucho más gritaba él: “Hijo de David, ten misericordia de mí”. Entonces Jesús se detuvo y mandó que condujeran el [hombre] hasta él. Después que él se hubo acercado, [Jesús] le preguntó: “¿Qué quieres que te haga?”. Él dijo: “Señor, que recobre la vista”. De modo que Jesús le dijo: “Recobra tu vista; tu fe te ha devuelto la salud”. Y al instante recobró la vista, y se puso a seguirle, glorificando a Dios. También, todo el pueblo, al ver [esto], dio alabanza a Dios" (Lucas 18:35-43).
Jesucristo sana a dos ciegos: "Al ir pasando Jesús de allí, dos ciegos le siguieron, clamando y diciendo: “Ten misericordia de nosotros, Hijo de David”. Después que él hubo entrado en la casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les preguntó: “¿Tienen fe en que yo puedo hacer esto?”. Le contestaron: “Sí, Señor”. Entonces les tocó los ojos, y dijo: “Según su fe, sucédales”. Y sus ojos recibieron la vista. Además, Jesús les mandó rigurosamente, diciendo: “Miren que nadie llegue a saberlo”. Pero ellos, después que salieron fuera, hicieron público esto acerca de él por toda aquella región” (Mateo 9:27-31).
Jesucristo sana a un sordomudo: "Entonces, saliendo él de nuevo de las regiones de Tiro, se fue por Sidón al mar de Galilea y subió por en medio de las regiones de Decápolis. Aquí le trajeron un hombre sordo y con un impedimento del habla, y le suplicaron que pusiera la mano sobre él. Y él se lo llevó aparte de la muchedumbre, en privado, y puso sus dedos en los oídos del hombre y, después de escupir, le tocó la lengua. Y con una mirada al cielo suspiró profundamente y le dijo: “Éffatha”, esto es: “Sé abierto”. Pues bien, las facultades de oír de aquel fueron abiertas, y el impedimento de su lengua fue desatado, y empezó a hablar normalmente. Con eso, él les ordenó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más les ordenaba, tanto más lo proclamaban. De hecho, estaban atónitos de una manera sumamente extraordinaria, y decían: “Todas las cosas las ha hecho bien. Hasta a los sordos hace oír y a los mudos hablar”" (Marcos 7:31-37).
Jesucristo sana a un leproso: "También vino a él un leproso, y le suplicó hasta de rodillas, diciéndole: “Si tan solo quieres, puedes limpiarme”. Con esto, él se enterneció, y extendió la mano y lo tocó, y le dijo: “Quiero. Sé limpio”. E inmediatamente la lepra desapareció de él, y quedó limpio" (Marcos 1:40-42).
La curación de los diez leprosos: "Y mientras iba a Jerusalén pasaba por en medio de Samaria y Galilea. Y en el momento en que entraba en cierta aldea lo encontraron diez varones leprosos, pero se pusieron de pie a lo lejos. Y levantaron la voz y dijeron: “¡Jesús, Instructor, ten misericordia de nosotros!”. Y cuando él alcanzó a verlos, les dijo: “Vayan y muéstrense a los sacerdotes”. Entonces, mientras se iban, se efectuó su limpieza. Uno de ellos, cuando vio que había sido sanado, volvió atrás, glorificando a Dios en alta voz. Y cayó sobre su rostro a los pies [de Jesús], y le dio gracias; además, era samaritano. En respuesta Jesús dijo: “Los diez fueron limpiados, ¿no es verdad? Entonces, ¿dónde están los otros nueve? ¿No se halló ninguno que volviera atrás a dar gloria a Dios, sino este hombre de otra nación?”. Y le dijo: “Levántate y ponte en camino; tu fe te ha devuelto la salud”” (Lucas 17:11-19).
Jesucristo sana a un paralítico: "Después de estas cosas hubo una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Pues bien, en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, hay un estanque designado en hebreo Betzata, que tiene cinco columnatas. En estas yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y los que tenían miembros secos. Pero estaba allí cierto hombre que llevaba treinta y ocho años en su enfermedad. Al ver a este hombre acostado, y dándose cuenta de que ya por mucho tiempo había estado [enfermo], Jesús le dijo: “¿Quieres ponerte bien de salud?”. El enfermo le contestó: “Señor, no tengo un hombre que me meta en el estanque cuando se revuelve el agua; y entretanto que yo voy, otro baja antes que yo”. Jesús le dijo: “Levántate, toma tu camilla y anda”. Con eso, el hombre inmediatamente se puso bien de salud, y tomó su camilla y echó a andar" (Juan 5:1-9).
Jesucristo sana a un epiléptico: "Cuando se acercaron a la multitud, un hombre se le acercó, se arrodilló ante él y le dijo:" Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es un epiléptico y está enfermo. fuego ya menudo en el agua. Lo llevé a tus discípulos, pero no pudieron curarlo ". En respuesta, Jesús dijo: "Oh generación infiel y retorcida, ¿cuánto tiempo debo permanecer contigo? ¿Cuánto tiempo debo aguantarte? Tráemelo aquí". Entonces Jesús reprendió al demonio, y salió de él, y el niño quedó curado desde esa hora.Luego los discípulos se acercaron a Jesús en privado y le dijeron: "¿Por qué no pudimos expulsarlo?" Él les dijo: "Por su poca fe. Porque en verdad les digo, si tienen fe del tamaño de un grano de mostaza, dirán a esta montaña: 'Muévete de aquí para allá', y se moverá, y nada te será imposible ” (Mateo 17:14-20).
Un milagro sin saberlo: "Mientras Jesús iba, las muchedumbres lo apretaban. Y una mujer, que padecía flujo de sangre hacía doce años, y que no había podido conseguir que nadie la curara, se acercó por detrás y le tocó el fleco de la prenda de vestir exterior, y al instante el flujo de su sangre cesó. De modo que Jesús dijo: “¿Quién es el que me ha tocado?”. Cuando todos lo negaban, Pedro dijo: “Instructor, las muchedumbres te cercan y te oprimen estrechamente”. Sin embargo, Jesús dijo: “Alguien me ha tocado, porque percibí que ha salido poder de mí”. Viendo que no había pasado inadvertida, la mujer vino temblando y cayó delante de él y reveló ante todo el pueblo por qué razón lo había tocado, y cómo había sido sanada al instante. Pero él le dijo: “Hija, tu fe te ha devuelto la salud; vete en paz"” (Lucas 8:42-48).
Jesucristo sana a distancia: "Cuando él hubo acabado todos sus dichos a oídos del pueblo, entró en Capernaum. Ahora bien, el esclavo de cierto oficial del ejército, a quien este apreciaba mucho, se hallaba mal y estaba a punto de morir. Habiendo oído acerca de Jesús, envió a él algunos ancianos de los judíos a pedirle que viniera a sacar de peligro a su esclavo. Entonces los que vinieron a Jesús se pusieron a suplicarle solícitamente, diciendo: “Es digno de que le otorgues esto, porque ama a nuestra nación, y él mismo nos edificó la sinagoga”. De modo que Jesús partió con ellos. Pero no estando él lejos de la casa, el oficial del ejército ya había enviado unos amigos a decirle: “Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres debajo de mi techo. Por esto no me consideré digno de ir a ti. Mas di tú la palabra, y sea sanado mi sirviente. Porque yo también soy hombre puesto bajo autoridad, que tengo soldados bajo mí, y digo a este: ‘¡Vete!’, y se va, y a otro: ‘¡Ven!’, y viene, y a mi esclavo: ‘¡Haz esto!’, y lo hace”. Pues bien, al oír estas cosas Jesús se maravilló de él, y se volvió a la muchedumbre que le seguía y dijo: “Les digo: Ni siquiera en Israel he hallado fe tan grande”. Y los que habían sido enviados, al volver a la casa, hallaron al esclavo en buena salud" (Lucas 7:1-10).
Jesucristo sana a una mujer encorvada durante 18 años: "Ahora bien, estaba enseñando en una de las sinagogas en día de sábado. Y, ¡mira!, una mujer que tenía un espíritu de debilidad desde hacía dieciocho años, y estaba encorvada y no podía levantarse de manera alguna. Al verla, Jesús se dirigió a ella y le dijo: “Mujer, se te pone en libertad de tu debilidad”. Y puso las manos sobre ella; y al instante ella se enderezó, y se puso a glorificar a Dios. Pero, en respuesta, el presidente de la sinagoga, indignado porque Jesús había hecho la curación en sábado, empezó a decir a la muchedumbre: “Seis días hay en que se debe hacer trabajo; en estos, por lo tanto, vengan y sean curados, y no en día de sábado”. Sin embargo, el Señor le contestó y dijo: “Hipócritas, ¿no desata del pesebre cada uno de ustedes en día de sábado su toro o su asno y lo lleva a beber? ¿No era propio, pues, que esta mujer que es hija de Abrahán, y a quien Satanás tuvo atada, ¡fíjense!, dieciocho años, fuera desatada de esta ligadura en día de sábado?”. Pues bien, cuando él dijo estas cosas, todos sus opositores empezaron a avergonzarse, pero toda la muchedumbre empezó a regocijarse de todas las cosas gloriosas que él había hecho" (Lucas 13:10-17).
Jesucristo sana a la hija de una mujer fenicia: "Partiendo de allí, Jesús entonces se retiró a las partes de Tiro y Sidón. Y, ¡mire!, una mujer fenicia de aquellas regiones salió, y levantó la voz, y dijo: “Ten misericordia de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija está terriblemente endemoniada”. Pero él no le contestó palabra. De modo que sus discípulos se acercaron y empezaron a solicitarle: “Despídela; porque sigue clamando tras nosotros”. En respuesta, él dijo: “No fui enviado a nadie aparte de las ovejas perdidas de la casa de Israel”. Cuando la mujer vino, se puso a rendirle homenaje, diciendo: “¡Señor, ayúdame!”. En respuesta, él dijo: “No es correcto tomar el pan de los hijos y echarlo a los perritos”. Ella dijo: “Sí, Señor; pero en realidad los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos”. Entonces Jesús le dijo en respuesta: “Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda según deseas”. Y su hija fue sanada desde aquella hora" (Mateo 15:21-28).
La pesca milagrosa: "En cierta ocasión, cuando la muchedumbre se agolpaba sobre él y escuchaba la palabra de Dios, él estaba de pie junto al lago de Genesaret. Y vio dos barcas atracadas al borde del lago, pero los pescadores habían salido de ellas y estaban lavando sus redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le pidió que se apartara un poco de la tierra. Entonces se sentó, y desde la barca se puso a enseñar a las muchedumbres. Cuando cesó de hablar, dijo a Simón: “Rema hasta donde está profundo, y echen sus redes para la pesca”. Pero respondiendo Simón, dijo: “Instructor, toda la noche nos afanamos y no sacamos nada, pero porque tú lo dices bajaré las redes”. Pues bien, cuando hicieron esto, encerraron una gran multitud de peces. En realidad, se les rompían las redes. De modo que hicieron señas a sus socios [que estaban] en la otra barca para que vinieran y les prestaran ayuda; y ellos vinieron, y llenaron ambas barcas, de manera que estas se hundían. Viendo esto, Simón Pedro cayó a las rodillas de Jesús, y dijo: “Apártate de mí, porque soy varón pecador, Señor”. Pues, ante la redada de peces que habían pescado, quedaron pasmados él y todos los que con él estaban, y así mismo Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran partícipes con Simón. Pero Jesús dijo a Simón: “Deja de tener miedo. De ahora en adelante estarás pescando vivos a hombres”. De modo que volvieron a traer las barcas a tierra, y abandonaron todo y le siguieron" (Lucas 5:1-11).
Jesucristo calma una tormenta: "Y cuando hubo subido en una barca, le siguieron sus discípulos. Ahora bien, ¡mire!, se levantó una gran agitación en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; él, sin embargo, dormía. Y ellos vinieron y lo despertaron, diciendo: “¡Señor, sálvanos, estamos a punto de perecer!”. Pero él les dijo: “¿Por qué se acobardan, hombres de poca fe?”. Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y el mar, y sobrevino una gran calma. Por consiguiente, los hombres se asombraron, y dijeron: “¿Qué clase de persona es esta, que hasta los vientos y el mar le obedecen?" (Mateo 8:23-27). Este milagro muestra que en el paraíso terrestre no habrá más tormentas o inundaciones que causen desastres.
Jesucristo andando sobre el mar: "Por fin, habiendo despedido a las muchedumbres, subió solo a la montaña a orar. Aunque se hizo tarde, estaba allí solo. Para este tiempo la barca estaba a muchos centenares de metros de la tierra, y las olas la tenían en aprieto, pues tenían el viento en su contra. Pero en el período de la cuarta vigilia de la noche él vino a ellos, andando sobre el mar. Cuando alcanzaron a verlo andando sobre el mar, los discípulos se perturbaron, y dijeron: “¡Es un fantasma!”. Y clamaron en su temor. Pero en seguida Jesús les habló estas palabras: “Cobren ánimo, soy yo; no tengan temor”. En respuesta, Pedro le dijo: “Señor, si eres tú, mándame venir a ti sobre las aguas”. Él dijo: “¡Ven!”. Entonces Pedro, bajando de la barca, anduvo sobre las aguas y fue hacia Jesús. Pero al mirar a la tempestad de viento, le dio miedo, y, comenzando a hundirse, clamó: “¡Señor, sálvame!”. Inmediatamente Jesús, extendiendo la mano, lo asió, y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué cediste a la duda?”. Y después que subieron a la barca, se apaciguó la tempestad de viento. Entonces los que estaban en la barca le rindieron homenaje, y dijeron: “Verdaderamente eres Hijo de Dios”. Y terminaron la travesía y llegaron a tierra en Genesaret" (Mateo 14:23-33).
Jesucristo multiplica los panes: "Después de estas cosas, Jesús partió para el otro lado del mar de Galilea, o Tiberíades. Pero una gran muchedumbre continuó siguiéndole, porque contemplaban las señales que él ejecutaba en los que estaban mal. De modo que Jesús subió a una montaña, y allí estaba sentado con sus discípulos. Ahora bien, estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. Por lo tanto, cuando Jesús alzó los ojos y observó que una gran muchedumbre venía a él, dijo a Felipe: “¿Dónde compraremos panes para que estos coman?”. Sin embargo, decía esto para probarlo, porque él mismo sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: “Doscientos denarios de pan no les bastan, para que cada uno reciba un poco”. Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí está un muchachito que tiene cinco panes de cebada y dos pescaditos. Pero ¿qué son estos entre tantos?”. Jesús dijo: “Hagan que los varones se reclinen como en una comida”. Bueno, había mucha hierba en el lugar. Entonces los hombres se reclinaron, en número de unos cinco mil. De modo que Jesús tomó los panes y, después de dar gracias, los distribuyó a los que estaban reclinados; igualmente también todo lo que querían de los pescaditos. Pero cuando se hubieron saciado dijo a sus discípulos: “Recojan los trozos que sobran, para que nada se desperdicie”. Por lo tanto los recogieron, y llenaron doce cestas de trozos de los cinco panes de cebada, que les sobraron a los que habían comido. Por consiguiente, cuando los hombres vieron las señales que él ejecutó, empezaron a decir: “Con certeza este es el profeta que había de venir al mundo”. Por lo tanto, Jesús, sabiendo que estaban a punto de venir y prenderlo para hacerlo rey, se retiró otra vez a la montaña, él solo" (Juan 6:1-15). Habrá comida en abundancia por toda la tierra (Salmos 72:16; Isaías 30:23).
Jesucristo resucita al hijo de una viuda: "Poco después de esto viajó a una ciudad llamada Naín, y sus discípulos y una gran muchedumbre viajaban con él. Al acercarse él a la puerta de la ciudad, pues ¡mira!, sacaban a un muerto, el hijo unigénito de su madre. Además, ella era viuda. También estaba con ella una muchedumbre bastante numerosa de la ciudad. Y cuando el Señor alcanzó a verla, se enterneció por ella, y le dijo: “Deja de llorar”. En seguida se acercó y tocó el féretro, y los que lo llevaban se detuvieron, y él dijo: “Joven, yo te digo: ¡Levántate!”. Y el muerto se incorporó y comenzó a hablar, y él lo dio a su madre. Entonces el temor se apoderó de todos, y se pusieron a glorificar a Dios, diciendo: “Un gran profeta ha sido levantado entre nosotros”, y: “Dios ha dirigido su atención a su pueblo”. Y estas noticias respecto a él se extendieron por toda Judea y por toda la comarca" (Lucas 7:11-17).
Jesucristo resucita a la hija de Jairo: "Mientras él todavía estaba hablando, vino cierto representante del presidente de la sinagoga, y dijo: “Ha muerto tu hija; no molestes ya al maestro”. Al oír esto, Jesús le contestó: “No temas, solo muestra fe, y ella será salva”. Cuando llegó a la casa, no dejó que nadie entrara con él sino Pedro y Juan y Santiago y el padre y la madre de la muchacha. Pero toda la gente estaba llorando y golpeándose en desconsuelo por ella. De modo que él dijo: “Dejen de llorar, porque no murió, sino que duerme”. Ante esto, empezaron a reírse de él desdeñosamente, porque sabían que ella había muerto. Mas él la tomó de la mano y llamó, diciendo: “Muchacha, ¡levántate!”. Y el espíritu de ella volvió, y ella se levantó al instante, y él ordenó que se le diera algo de comer. 5Pues bien, sus padres quedaron fuera de sí; pero él les dio instrucciones de que no dijeran a nadie lo que había acontecido" (Lucas 8:49-56).
Jesucristo resucita a su amigo Lázaro, que ha estado muerto durante cuatro días: "Jesús, de hecho, aún no había entrado en la aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta se había encontrado con él. Por lo tanto, los judíos que estaban con ella en la casa, y que la confortaban, al ver que María se levantó pronto y salió, la siguieron, pensando que iba a la tumba conmemorativa para llorar allí. Así que María, cuando llegó a donde Jesús estaba y alcanzó a verlo, cayó a sus pies, y le dijo: “Señor, si tú hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Jesús, pues, cuando la vio llorando, y a los judíos que vinieron con ella llorando, gimió en el espíritu y se perturbó; y dijo: “¿Dónde lo han puesto?”. Ellos le dijeron: “Señor, ven y ve”. Jesús cedió a las lágrimas. Por eso los judíos empezaron a decir: “Mira, ¡cuánto cariño le tenía!”. Pero algunos de ellos dijeron: “¿No pudiera este [hombre], que abrió los ojos al ciego, haber impedido que este muriera?”. Así que Jesús, después de gemir otra vez en sí mismo, vino a la tumba conmemorativa. Era, de hecho, una cueva, y había una piedra recostada contra ella. Jesús dijo: “Quiten la piedra”. Marta, la hermana del fallecido, le dijo: “Señor, ya debe oler mal, porque hace cuatro días”. Jesús le dijo: “¿No te dije que si creías habrías de ver la gloria de Dios?”. Por lo tanto, quitaron la piedra. Entonces Jesús alzó los ojos hacia el cielo y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has oído. Cierto, yo sabía que siempre me oyes; pero a causa de la muchedumbre que está de pie en derredor hablé, a fin de que crean que tú me has enviado”. Y cuando hubo dicho estas cosas, clamó con fuerte voz: “¡Lázaro, sal!”. El [hombre] que había estado muerto salió con los pies y las manos atados con envolturas, y su semblante estaba envuelto en un paño. Jesús les dijo: “Desátenlo y déjenlo ir”" (Juan 11:30-44).
La última pesca milagrosa (poco después de la resurrección de Cristo): "Sin embargo, justamente cuando estaba amaneciendo, Jesús estuvo de pie en la playa, pero los discípulos, por supuesto, no discernieron que era Jesús. Entonces Jesús les dijo: “Niñitos, no tienen nada de comer, ¿verdad?”. Le contestaron: “¡No!”. Él les dijo: “Echen la red al lado derecho de la barca, y hallarán”. Entonces la echaron, pero ya no podían sacarla a causa de la multitud de peces. Por lo tanto, aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”. Entonces Simón Pedro, al oír que era el Señor, se ciñó su prenda de vestir de encima, porque estaba desnudo, y se lanzó al mar. Pero los otros discípulos vinieron en la barquilla, pues no estaban lejos de tierra, solamente a unos noventa metros de ella, arrastrando la red de peces" (Juan 21:4-8).
Jesucristo hizo muchos otros milagros. Nos permiten fortalecer nuestra fe, animarnos y obtener una idea de las muchas bendiciones que habrá en el paraíso. Las palabras escritas del apóstol Juan resumen muy bien el número prodigioso de milagros que Jesucristo hizo, como garantía de lo que sucederá en el paraíso: "Hay, de hecho, muchas otras cosas también que Jesús hizo, que, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribieran" (Juan 21:25).
Casus Belli mundial contra la integridad del cuerpo humano en la guerra mundial NRBQ (Nuclear, Radiológica, Biológica y Química)
(Ezequiel 34)
Los pastores, que se han hecho apacentadores de sí mismos
"Hijo del hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza, y tienes que decirles a ellos, a los pastores: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “¡Ay de los pastores de Israel, que se han hecho apacentadores de sí mismos! ¿No es el rebaño lo que deben apacentar los pastores? La grasa es lo que ustedes comen, y con la lana se visten a sí mismos. El animal gordo es lo que degüellan. El rebaño mismo no apacientan. A las enfermas no han fortalecido, y a la doliente no han sanado, y a la quebrada no han vendado, y a la dispersada no han traído de vuelta, y a la perdida no han procurado hallar, sino que con dureza las han tenido en sujeción, hasta con tiranía. Y gradualmente fueron esparcidas por no haber pastor, de modo que llegaron a ser alimento para toda bestia salvaje del campo, y continuaron siendo esparcidas. Mis ovejas siguieron descarriándose en todas las montañas y en toda colina alta; y por toda la superficie de la tierra mis ovejas fueron esparcidas, sin que hubiera quien hiciera una búsqueda y sin que hubiera quien procurara hallarlas” (Ezequiel 34:2-6).
Como hemos visto anteriormente, el cuerpo humano fue creado por Dios y nos lo dio como herencia divina, para que lo cuidáramos, como un templo en que vivimos y que debe ser habitado por el espíritu de Dios (1 Corintios 3: 16 "El Espíritu de Dios mora en vosotros"). Este cuerpo y la vida que lo anima, no pertenecen a ningún estado o entidad que quisiera ser globalista, ni siquiera a ninguna organización religiosa. El cuerpo humano que tenemos y la vida que lo anima pertenecen a Dios, porque Él es su fuente y Creador (Apocalipsis 4:11).
Jesucristo dijo que devolviéramos al César lo que le pertenece y a Dios lo que es de Dios (Lucas 20:25). El cristiano que da al César lo que es del César, tiene una actitud respetuosa hacia las autoridades establecidas de su país. En 1 Pedro 2:17 dice temer a Dios y honrar al rey. Según el contexto, el rey es el depositario de la autoridad del país sobre el que reina. El apóstol Pablo, en la carta a los Romanos (13,1-7), anima a todos los cristianos a respetar a los gobiernos y a sus representantes, ya sean reyes, príncipes, presidentes, ministros, diputados… Este pasaje muestra que debemos respetar a los que tienen la autoridad para hacer cumplir la ley, a saber, la policía, el ejército en algunos países, los jueces, los fiscales y diversos representantes de las administraciones, como, por ejemplo, maestros, profesores, directores, inspectores de hacienda... Dicho esto, Jesucristo añadió que debemos devolver lo que es de Dios a Dios. Lo que pertenece a Dios es la vida que Él nos ha dado. Por ejemplo, nuestro cuerpo nos pertenece y pertenece a Dios, por lo tanto, el estado no puede actuar como si fuera su dueño. como dijo el apóstol Pedro ante un tribunal: “Debemos obedecer a Dios, en su calidad de cabeza, antes que a los hombres” (Hechos 5:29).
En lo que sigue, no se trata de una llamada a la falta de respeto a las autoridades gubernamentales, sino de tomar nota de una situación que parece asemejarse a lo que está escrito en la profecía de Ezequiel capítulo 34, citada al inicio del artículo y tomar las medidas necesarias para respetar los principios bíblicos sobre el valor sagrado de la vida y la sangre. ¿Cuáles son los hechos observables?
El mundo vive actualmente, desde noviembre de 2019, de hecho, en un Casus Belli, una guerra mundial del tipo NRBQ (nuclear, radiológica, biológica y química), contra la integridad del cuerpo humano de los pueblos (las ovejas perdidas y esparcidas). El cuerpo humano fue creado por Dios y nos lo dio como herencia divina, para cuidarlo, como un templo en el que vivimos y que debe ser habitado por el espíritu de Dios. "¿No saben que ustedes son el templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en ustedes?" (1 Corintios 3). El cuerpo humano y la vida que lo anima no pertenecen a ningún estado, ni siquiera a ninguna entidad religiosa terrestre.
Aquel Casus Belli mundial contra la integridad del cuerpo humano, que Dios nos ha confiado, no se hace con tanques, bombas y cañones. Se organiza en el contexto del tráfico internacional de virus militar suelto de un laboratorio de tipo P4 (que fabrica oficialmente virus militares en el contexto de guerras de tipo NRBQ), junto con una propaganda hábilmente organizada (ingeniería social), con el objetivo de aterrorizar a la población o el pueblo en su conjunto. El principio básico de aquellos laboratorios militares de muerte es recolectar virus que normalmente se encuentran en la naturaleza, en el reino animal, y que son básicamente inofensivos para los humanos; generalmente no son transmisibles y, de ser así, generalmente no son fatales. Aquellos laboratorios demoníacos trabajan para hacer que aquellos virus sean transmisibles a los humanos a través de "secuenciación", un proceso extremadamente complejo que puede llevar varios meses. El objetivo diabólico es obtener una "ganancia de función", es decir, en este caso, hacer para que este (o estos) virus sea mortal para el hombre, al tiempo que aumenta, la letalidad de aquel virus militar manufacturado (las referencias o patentes de aquellos virus militares se encuentran en el NIH GenBank y en ciertos archivos de la OMS (al menos de una filial de uno de aquellos países). Dicho de paso, el NIH acaba de suprimir la información de los laboratorios de Wuhan sobre la secuenciación genética del virus militar, según la FOIA The Watchdog (30 de marzo de 2022)) (¿Qué está pasando en Shanghai?) (Crédito social al estilo chino, comienza en Italia (Bolonia)).
(Crédito Social al Estilo Chino y la Agenda 2030: aquella agenda fue adoptada por la ONU en septiembre de 2015 después de dos años de negociaciones entre gobiernos y la sociedad civil. La Agenda 2030 es parte de una ideología globalista, particularmente en los países de la zona OTAN y sus socios (Europa Occidental, Canadá, Australia y Nueva Zelanda...). Es en aquellas zonas del mundo donde se ha instalado la ideología fundamentalista y sectaria del “Covidismo”, que atenta contra la integridad corporal de los pueblos (La situación de Shanghái (China), es una muestra de ello, llevada al extremo y en muchos aspectos, puede darnos una visión futura de este tipo de dictadura a escala de varios estados unidos, incluso a nivel mundial). Las situaciones de “pandemia” global, o emergencia climática, son pretextos preparados para instaurar una dictadura, de manera progresiva y encubierta, sobre todos los pueblos. El establecimiento de “crédito social” "voluntario" en Italia (Bolonia y Roma (finales de marzo de 2022)), es sólo el comienzo de este proceso, que forma parte del futuro establecimiento, latente y perverso, de una “obligación”...).
Tras la difusión, evidentemente "fortuita" (no comprobable en un sentido, como en el otro), de este virus militar letal, sigue una campaña de prensa mundial, que certificará, que se trata de un accidente de la "filtración" tipo, como la de una central nuclear, cuando se sabe que un laboratorio P4, es uno de los lugares más seguros del mundo. Dirán, después de tal difusión, por ejemplo, que proviene del reino animal, lo que es una verdad a medias, porque a la vez es cierto y falso y, por lo tanto, es falso (cierto + falso = falso). Sigue una segunda etapa, fundamentalmente basada en la ingeniería social propagandista, basada en los medios de comunicación, con repetidos mensajes e informes morbosos, para asustar a la gente y sobre todo para insistir en que no existe ningún remedio médico, ni siquiera ninguna molécula para poder curar este virus militar. La única solución es esperar al químico inyectable mesiánico que salvará la vida de la humanidad.
Aquel Casus Belli va acompañado de una experimentación de terapia génica masiva, en cuerpos humanos sanos, no enfermos, a escala internacional, en todos los pueblos (las ovejas perdidas), de químicos inyectables, de manera más o menos coercitivas (en desprecio del Código de Núremberg - 1947 (Ver los 10 artículos al final de la página (La terapia génica mundial actual, todavía está oficialmente, en fase de experimentación, por lo tanto, encaja perfectamente en el marco legal del Código de Núremberg - 1947)). Los gobernantes de las naciones o grupos de naciones, que ordenan aquellas repetidas inyecciones de estos venenos, en cuerpos humanos sanos, tienen vínculos de interés financiero conocidos por todos, directos o indirectos.
Este Casus Belli de tipo NRBQ utiliza los medios corruptos por el dinero y coordinados entre sí como medio de propaganda a la Goebbel (portavoz del régimen nazi de Hitler). Es bien sabido que están a sueldo de muchos oligarcas multimillonarios corruptos, que también influyen en muchos gobiernos (los pastores que se pastorean a si mismos), para crear una “realidad” inventada, con mira a asustar a la gente (las ovejas esparcidas), desorientarlos psicológica y mentalmente, hacerlos adoptar conductas completamente irracionales, mediante sucesivas decisiones contradictorias y mentiras completamente asumidas. Mediante esta administración en forma de ingeniería social de acoso y tortura mental de larga duración, estos pastores malvados, obtienen el consentimiento por agotamiento nervioso y mental de las ovejas perdidas, con una coacción más o menos latente (Ver Ezequiel 34).
En Isaías 5:20 está escrito: “¡Ay de los que dicen que lo bueno es malo y que lo malo es bueno, de los que presentan la oscuridad como si fuera luz y la luz como si fuera oscuridad, de los que hacen pasar lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!". Este texto describe con mucha precisión las perversas y demoníacas inversiones de valores de aquellos ingenieros de la mentira y la manipulación homicida (Juan 8:44). Aquellos pastores apacentadores de sí mismos, han prohibido a los médicos tratar a los ancianos con moléculas baratas. Después aquellos mismos pastores apacentadores de sí mismos, han pedido a los niños de arriesgar su propia salud, hasta su propia vida, por no arriesgar la vida de los adultos. Aquellos mismos pastores apacentadores de sí mismos, han pedido a los niños de arriesgar su propia salud, incluso su vida, por los adultos cuando debería ser, al contrario, es decir, que son los adultos los que deberían estar dispuestos a arriesgar su vida por los niños, que representan el futuro de la humanidad...
Muchos médicos, enfermeras, ordenanzas y amas de llaves, que trabajaban en la atención médica, han sido al frente para brindar asistencia a las personas afectadas por aquel virus militar. Muchos lo han pagado con sus vidas (¿Qué está pasando en Francia con respecto al personal de clínicas y hospitales, los bomberos y otras personas (conectadas a la comunidad médica), suspendidos y despedidos sin sueldo y sin subsidio por desempleo, por negarse a la inyección experimental? (Video solo en idioma francés)). Jehová Dios y su Hijo, Jesucristo, no los olvidarán en el momento de la resurrección (Hechos 24:15; Hebreos 6:10). Los valientes hombres y mujeres que hasta ahora han denunciado este Casus belli, lo han pagado con la vida para algunos, con aislamiento y encarcelamiento para otros y son tratados como "complotistas", término acuñado por la CIA en 1965, después de la Comisión Warren (el informe oficial de las circunstancias que rodearon el asesinato de JFK).
Por cierto, las actuales comisiones senatoriales son, en realidad, auténticas obras de teatro morbosas. Observamos un juego de comedia diabólico entre aquellas comisiones de "investigaciones", que desempeñan el juego de encontrar fallas frente a las personas citadas e interrogadas, y después de todo, aquellas, al final, salen como entraron, es decir, libres para continuar su empresas sórdidas. Aquellas comisiones senatoriales pasan por alto el papel de los fiscales, los jueces y los tribunales, que deben encarcelar y juzgar a aquellos asesinos, aquellos hijos de Josef Mengele, que llevaron a cabo estas inyecciones genéticas experimentales de masas, que causaron la muerte de cientos de miles de hombres, mujeres y niños por todo el mundo y millones de consecuencias debilitantes para aquellos y aquellas que sobrevivieron. Aquellos mentirosos asesinos aplican la lógica del suicidio colectivo de pueblos, como Jim Jones y David Koresh, gurús que no querían morir a solas, sino que querían ser acompañados en su locura por sus cientos de seguidores que fueron "suicidados". Vivimos también, en una lógica de destrucción masiva global, económica, diplomática, que provoca guerras y destrucción de pueblos. Están en la misma lógica de precipitación asesina que aquellos dos líderes de secta.
Al estar muy cerca de la Gran Tribulación, se está cumpliendo ante nuestros ojos una profecía del Apocalipsis y del libro de Daniel: “Él también me dijo: 'También me dice: “No selles las palabras de la profecía de este rollo, porque el tiempo señalado está cerca. El que está haciendo injusticia, haga injusticia todavía; y el sucio sea ensuciado todavía; pero el justo haga justicia todavía, y el santo sea hecho santo todavía”" (Apocalipsis 22:10,11). "Muchos se limpiarán y se emblanquecerán y serán refinados. Y los inicuos ciertamente actuarán inicuamente, y absolutamente ningún inicuo entenderá; pero los que tengan perspicacia entenderán” (Daniel 12:10). Hasta que el Rey Jesucristo borre a aquellos sinvergüenzas de la faz de la tierra durante la Gran Tribulación (Apocalipsis 19:11-21), los que practican la justicia en sus corazones oran diariamente esta oración al Padre Celestial, Jehová Dios: “Finalmente, hermanos, ocúpense en orar por nosotros, para que la palabra de Jehová siga moviéndose rápidamente y siendo glorificada, así como lo es de hecho entre ustedes; y para que seamos librados de hombres dañinos e inicuos, porque la fe no es posesión de todos. Pero el Señor es fiel, y él los hará firmes y los guardará del inicuo” (2 Tesalonicenses 3:1-3).
En esta diabólica situación mundial, que ataca la integridad corporal de hombres, mujeres, niños e incluso, también desafortunadamente, la de los infantes, ¿qué debe hacer el cristiano que quiere agradar a Jehová Dios y a su Hijo Jesucristo?
Jehová pide a todos que se ocupen de este templo humano: "Por consiguiente, les suplico por las compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio" (Romanos 12:1). El cuerpo humano fue diseñado desde el principio para un servicio sagrado a Dios, es decir, para cumplir con el propósito que original en el momento de la creación de Adán y Eva (Génesis 1:26 -28).
Tomar medicamentos es una decisión personal, sopesando los riesgos para su vida. Debe realizarse en un entorno médico para recibir tratamiento. Esta medicación no debe administrarse bajo coerción gubernamental o moral, por ejemplo, en el marco de una congregación. Si este fuera el caso, aquellas autoridades gubernamentales, a no ser espirituales, irían más allá del artículo 1 del Código de Núremberg que prohíbe los experimentos médicos bajo coacción (Recordatorio: la terapia génica global en curso, todavía está oficialmente, en la fase experimental., por lo tanto, está en el marco legal del Código de Núremberg): "Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano. Esto significa que la persona implicada debe tener capacidad legal para dar consentimiento; su situación debe ser tal que pueda ser capaz de ejercer una elección libre, sin intervención de cualquier elemento de fuerza, fraude, engaño, coacción u otra forma de constreñimiento o coerción (...)" (Extracto del artículo 1 del Código de Núremberg - 1947).
En el marco actual, los cristianos deben ser alertas. Deberían abstenerse de hacerse inyectar productos químicos experimentales, especialmente por motivos ajenos a su salud y la de sus propios hijos. Hasta ahora, aquellos productos inyectables experimentales han matado a decenas de miles de personas en todo el mundo y han dejado a miles enfermas (para obtener más información, consulte VAERS (Vaccine Adverse Event Reporting System (www.vaers.hhs.gov))) (Solo en inglés). Aquellas inyecciones de tratamientos genéticos se hacen, en su mayor parte, por motivos que nada tienen que ver con la salud de los adultos y menos aún a la de los niños, sino que, bajo pretextos de privilegio no médicos, para poder ir al restaurante, bolos u otros lugares de placeres, justificados con argumentos completamente falaces y en forma de chantaje. Otros han sido obligados y amenazados o han perdido sus trabajos y su fuente de ingresos. El hecho de exigir que para ir a un lugar, que un objeto o un producto penetre en nuestro cuerpo, no es en modo alguno un acto médico, sino un acto de marcar, como se haría con los animales, antes de entrar en un el encierro ; es una marcada violación de la dimensión espiritual y sagrada de la integridad del cuerpo humano.
Los padres deben considerar seriamente este tema, para sus hijos y para ellos, en oración para enfrentar esta situación extraña y muy angustiosa. Los maestros de la Palabra de Dios deben pensar seriamente, con muchas oraciones, en esta cuestión porque esta situación no es baladí en términos de espiritualidad bíblica y más en general de ética (Romanos 14:12). Es bastante normal sentirse desorientado, perplejo y sorprendido ante este ataque extremadamente perverso de Satanás el diablo y sus demonios humanos. Oremos a Jehová Dios, pidamos su ayuda, Él es misericordioso. Si al principio creemos que no hemos tomado la mejor decisión, le puede pasar a cualquiera. Jehová Dios ve nuestras buenas intenciones. Seamos valientes, confiemos en Jehová Dios y en su amado Hijo Jesucristo, y ellos nos apoyarán (Proverbios 3:5,6). No tengamos miedo y seamos fuertes, apoyémonos unos a otros, ya sea con la familia, los amigos o en la congregación, amémonos unos a otros (Juan 13:34,35).
Pastores cristianos, ¿cómo se han comportado en este asunto?
El mundo ha sido víctima de una experimentación mundial con un químico que fue inyectado por motivos basados en una afirmación falsa. Pfizer no habría probado la efectividad de sus vacunas sobre la transmisión del virus. Sin embargo, muchos pastores cristianos han presionado a las ovejas de su congregación para que se las inyectaran, basándose en aquella falsa afirmación de la "vacuna" que evitaría la transmisión del virus. Aún más grave, se ha ejercido esta presión sobre jóvenes que en su mayor parte no estaban en peligro si no se inyectaran.
Decenas de miles de personas murieron como resultado de esta inyección experimental. Millones de personas en todo el mundo han tenido secuelas extremadamente graves como resultado de esta inyección experimental. ¿Y qué decir de este exceso de mortalidad observado en los últimos tiempos, incluso entre los jóvenes? Sin embargo, para menospreciar la gravedad de las secuelas, algunos analizan la situación en términos de estadísticas... Pero para Jehová Dios, la muerte de un solo ser humano inocente no es de ninguna manera una "estadística"... En en otras palabras, si un pastor cristiano animara tal inyección experimental, a la escala de la congregación de la cual sería responsable ante Jehová Dios y Jesucristo, y que esto hubiera causado graves secuelas, hasta la muerte de una sola de sus ovejas, ¿en qué situación se encuentra aquel hombre, ante Dios y su Hijo?
He aquí lo que podemos leer en Deuteronomio, concerniente el hallazgo del cuerpo de un hombre muerto en el campo: "En caso de que se halle a alguien que haya sido muerto en el suelo que Jehová tu Dios te da para tomar posesión de él, caído en el campo, y no se haya llegado a saber quién lo hirió mortalmente, tus ancianos y tus jueces entonces tienen que salir y medir de allí hasta las ciudades que están todo en derredor del que haya sido muerto; y tiene que resultar ser la ciudad más cercana al que haya sido muerto. Y los ancianos de esa ciudad tienen que tomar una ternera de la vacada con la cual no se haya trabajado, que no haya tirado en un yugo; y los ancianos de aquella ciudad tienen que conducir la ternera abajo a un valle torrencial abundante en agua en el cual comúnmente no se haya arado ni sembrado, y tienen que quebrar la cerviz a la ternera allí en el valle torrencial. Y los sacerdotes, los hijos de Leví, tienen que acercarse, porque ellos son los que Jehová tu Dios ha escogido para que le ministren y para que bendigan en el nombre de Jehová, y por la boca de quienes debe ponerse fin a todo litigio sobre todo acto violento. Entonces todos los ancianos de aquella ciudad que se hallen más cercanos al que haya sido muerto deben lavarse las manos sobre la ternera, cuya cerviz habrá sido quebrada en el valle torrencial; y tienen que responder y decir: ‘Nuestras manos no derramaron esta sangre, ni la vieron derramar nuestros ojos. No lo cargues en la cuenta de tu pueblo Israel, a quien redimiste, oh Jehová, y no pongas la culpa por sangre inocente en medio de tu pueblo Israel’. Y no debe cargarse en la cuenta de ellos la culpa de sangre. Y tú... tú eliminarás la culpa por sangre inocente de en medio de ti, porque harás lo que es recto a los ojos de Jehová” (Deuteronomio 21:1-9).
Para Jehová Dios y el su Hijo Rey Jesucristo, la muerte de una sola de sus ovejas congregacionales no es nada de poca importancia, según Deuteronomio 21:1-9. Conviene, que en cada congregación cristiana, los pastores hagan su examen de conciencia, acerca de este asunto y saquen las consecuencias... ¿Cumplen, sí o no, aún las condiciones de pastores cristianos (Leer 1 Timoteo 3:1- 7)?
Código de Núremberg - 1947
1- Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano. Esto significa que la persona implicada debe tener capacidad legal para dar consentimiento; su situación debe ser tal que pueda ser capaz de ejercer una elección libre, sin intervención de cualquier elemento de fuerza, fraude, engaño, coacción u otra forma de constreñimiento o coerción; debe tener suficiente conocimiento y comprensión de los elementos implicados que le capaciten para hacer una decisión razonable e ilustrada. Este último elemento requiere que antes de que el sujeto de experimentación acepte una decisión afirmativa, debe conocer la naturaleza, duración y fines del experimento, el método y los medios con los que será realizado; todos los inconvenientes y riesgos que pueden ser esperados razonablemente y los efectos sobre su salud y persona que pueden posiblemente originarse de su participación en el experimento. El deber y la responsabilidad para asegurarse de la calidad del consentimiento residen en cada individuo que inicie, dirija o esté implicado en el experimento. Es un deber y responsabilidad personales que no pueden ser delegados impunemente.
2 - El experimento debe ser tal que dé resultados provechosos para el beneficio de la sociedad, no sea obtenible por otros métodos o medios y no debe ser de naturaleza aleatoria o innecesaria.
3 - El experimento debe ser proyectado y basado sobre los resultados de experimentación animal y de un conocimiento de la historia natural de la enfermedad o de otro problema bajo estudio, de tal forma que los resultados previos justificarán la realización del experimento.
4 - El experimento debe ser realizado de tal forma que se evite todo sufrimiento físico y mental innecesario y todo daño.
5 - No debe realizarse ningún experimento cuando exista una razón a priori (" a priori" conocimiento que es independiente de la experiencia) para suponer que pueda ocurrir la muerte o un daño que lleve a una incapacitación, excepto, quizás, en aquellos experimentos en que los médicos experimentales sirven también como sujetos.
6 - El grado de riesgo que ha de ser tomado no debe exceder nunca el determinado por la importancia humanitaria del problema que ha de ser resuelto con el experimento.
7 - Se debe disponer de una correcta preparación y unas instalaciones adecuadas para proteger al sujeto de experimentación contra posibilidades, incluso remotas, de daño, incapacitación o muerte.
8 - El experimento debe ser realizado únicamente por personas científicamente cualificadas. Debe exigirse a través de todas las etapas del experimento el mayor grado de experiencia (pericia) y cuidado en aquellos que realizan o están implicados en dicho experimento.
9 - Durante el curso del experimento el sujeto humano debe estar en libertad de interrumpirlo si ha alcanzado un estado físico o mental en que la continuación del experimento le parezca imposible.
10 - Durante el curso del experimento el científico responsable tiene que estar preparado para terminarlo en cualquier fase, si tiene una razón para creer con toda probabilidad, en el ejercicio de la buena fe, que se requiere de él una destreza mayor y un juicio cuidadoso de modo que una continuación del experimento traerá probablemente como resultado daño, discapacidad o muerte del sujeto de experimentación.